Corrija su conducta, señor Acuña
Un desconcertante César Acuña se dirigía ayer a sus confundidos seguidores, para decirles que, ”por el bien del país, Pedro Castillo debe renunciar para acabar con la crisis política.” Alegaba que Castillo habría cometido “delito de robo intelectual y falsedad genérica, al plagiar su tesis de maestría”, para convertirse en profesor de la escuela pública peruana. Acuña lanzó el encriptado mensaje -un robo intelectual perpetrado por el aún presidente Pedro Castillo- sin exhibir una sola de las evidencias que tiene en su poder. No, señor Acuña. Por respeto al país, antes debió exigirle a doña Beatriz Merino, la presidenta ejecutiva de su mega consorcio universitario, que publique la tesis del plagiario Castillo y la de su esposa, calcos calificados como válidos por su universidad, permitiéndole a ambos neófitos maleducar a niños y jóvenes de actuales y futuras generaciones. Vale decir, lo que ha logrado Acuña a través de su cartel universitario, llamado César Vallejo, es convertirse en protegido del régimen comunista liderado por el presidente Castillo; y amasar una colosal fortuna gracias a la buena fe de cientos de miles de jóvenes -y sus padres- para rellenar sus alforjas, y fungir en politicastro dedicado a defender sus intereses crematísticos apelando a la buena fe del pueblo.
Mire, señor César Acuña Peralta. ¡No intente fingir del inocente que nadie lo es; ni del listillo que trata de hacernos creer que es! ¡Sea usted sincero! ¡Háblenos con la verdad! ¡No siga engañando al país que le dio la oportunidad de participar en política, pensando que sería usted distinto a sus pares habituados a jugar con la buena fe de una sociedad crédula, sino ingenua, como la nuestra!
Frente al errático, cómplice, sesgado, poco patriótico comportamiento que ha demostrado Acuña hasta hoy -en medio de la quizá peor crisis política que ha vivido el país- es poco recomendable que gente como él acreciente consorcios universitarios; cuando es probable que la enseñanza que brinden al alumno pudiese llevar el sesgo intrínseco que suelen imprimirle algunos políticos.
Señor Acuña Peralta, ¿por qué no apela a la decencia y a su talante patriótico, haciendo públicas la tesis de Pedro Castillo Terrones -como también la de su esposa- junto con sus antecedentes y resultados explicados al detalle por la misma universidad del grupo de la cual es usted dueño; asimismo la culpable de validar ambos esperpentos como “tesis universitarias aprobadas”? ¡Pero para cumplir con esa tarea evite dirigirse al país y pronunciar necedades como que Castillo podría “evitar la renuncia si designa a mejores ministros y altos funcionarios”! ¡Ponga las cosas en perspectiva, señor Acuña! El plagiario será ladrón de propiedad intelectual “con o sin mejores ministros y mejores altos funcionarios”. Igualmente, el corrompido será corrupto con o sin nuevo primer ministro; sea éste usted -y/o cualquier amigo suyo- como aparentemente lo insinúa en su reciente declaración. Recuerde sino aquello de “gallina que come huevo…..”
Es probable que no lo haya entendido todavía, señor Acuña Peralta. Pero su amigote -y/o protegido- Pedro Castillo está definitiva, justificada, moralmente descalificado para ser presidente.
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