ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Corrupción, peajes, y lo urgente de defender nuestra dignidad

Imagen
Fecha Publicación: 01/02/2024 - 22:20
Escucha esta nota

Durante la historia del Perú, no ha sido extraño que empresas, personas y grupos de individuos malintencionados hayan sacado provecho de la poca institucionalidad de nuestro Estado. No hay momento en la historia del Perú, en que el cáncer de la corrupción no se haya dejado de extender; algo que lamentablemente parecemos haber normalizado y con lo cual estamos dispuestos a vivir, aunque pueda afectarnos directamente.

Desde nuestros inicios como república, el Perú ha sido visto como un botín: los contratos por el guano siempre terminaron abusando del Perú, lo mismo sucedió con los trenes, y sigue sucediendo con grandes cantidades de recursos públicos mal utilizados y obras con sobrecostos o innecesarias; lo que perjudica a todos los peruanos.
El tema de los peajes en Puente Piedra, gestados en el contexto de actos de corrupción declarados por ambas partes involucradas, es otro ejemplo de esta “ansia” de sacar provecho del Perú a expensas de los peruanos, y lo difícil que es combatirla porque nuestro propio sistema ha normalizado y defiende estas conductas.

El hecho de que la Sra. Villarán no tenga una sentencia, a pesar de haber recibido sobornos “por el bien de la ciudad”, siembra grandes dudas sobre la eficiencia y el interés del sistema de justicia por la propia justicia. Eso sin hablar de lo absurdamente largos que son estos procesos por casos de corrupción, parece haberse olvidado el viejo dicho: la justicia, cuando tarda, ya no es justicia.

Los peruanos no somos ciegos ante esto, sabemos que hay corrupción y que convivimos con ella y, en gran medida, la aceptamos. Muchas veces, incluso se menciona esa terrible frase, que ha estado presente durante toda nuestra historia para aceptar con resignación nuestra miserable suerte: “Roba pero hace obras”, idea con la que se ha relacionado a diversas autoridades en nuestros ya más de 200 años como república.

Parecemos incapaces de notar que si realmente se está robando mientras hacen las obras, eso significa que lo que están haciendo terminará por perjudicarnos en alguna medida. ¿Por qué lo aceptamos? Da la impresión de que en el Perú las personas (naturales y jurídicas) inescrupulosas pudieran hacer lo que se quisiera sin que nadie les diga nada; terreno fértil para sociópatas.

En este sentido, la brega iniciada por el alcalde de Lima, tanto en el tema de los peajes, como en sus demandas respecto a la construcción de la Línea 2 del Metro de Lima en Cercado, es un ejemplo de que se puede gobernar y gestionar buscando respetar la dignidad de los ciudadanos; además, demuestra que las autoridades pueden hacer lo que es necesario para el desarrollo del Estado (el país en su conjunto) sin causar graves afectaciones a grupos de ciudadanos en el proceso.

Es una vergüenza y un abuso, que hayan pasado 10 años y solo se tenga 5 estaciones construidas de la Línea 2 del Metro de Lima. Además, los métodos elegidos para desarrollar el proyecto vienen perjudicando a la sociedad en su conjunto. Hizo bien el alcalde en comentar en una entrevista el daño que las obras han causado a los comerciantes de la avenida Arica por varios años, llevando a muchos a la quiebra, explicando que no está de acuerdo en permitir que pase eso en plena avenida Wilson; que es una vía trascendental en Cercado de Lima.

Y es que solo en el Perú pasan cosas así sin que nadie vaya preso. Más allá de la corrupción que pueda haber en las distintas obras públicas (lo que merece el más serio de los castigos), el gestionar perjudicando a la ciudadanía, por la razón que fuera, debería ser un crimen muy serio contra la administración pública, en tanto se malutilizan los recursos del Estado y se hace un daño los ciudadanos, quienes son la razón de ser del Estado y de todos los servidores y funcionarios públicos que lo representan.

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.