Cosechando el odio social
Los ciudadanos en general, y la Policía Nacional, de manera particular, venimos siendo atacados por unas huestes terroristas que, a lo largo de este nefasto año y medio de desgobierno pro-sendero luminoso, han venido siendo promocionadas, pertrechadas y exacerbadas, tanto por Pedro Castillo como por Aníbal Torres y sus ministros, a través de unas sesiones dizque de “consejos de ministros descentralizados”, dedicados a atacar ”a los explotadores del pueblo, a los ricos que siempre han gobernado”. El resultado de esa campaña lo tenemos hoy, a través del ataque salvaje, inhumano a la Policía Nacional y a la población civil; y la destrucción de la propiedad privada y la pública. Esto, amable lector, es fiel reflejo del odio y la violencia que muestran las huestes terroristas que hoy protestan, azuzadas tanto por el extremismo izquierdista nacional como internacional. El Perú viene siendo atacado por el comunismo sudaca en venganza porque Castillo, uno de los suyos, dio un golpe de Estado para eternizarse en el poder. ¡Y nuestras fuerzas democráticas se lo impidieron! Perú y Ecuador son los únicos países de América Latina que han vacado a un mandatario comunista que integra la mafia socialista sudaca, cuya meta es apoderarse de toda la región. ¡Ahora todo el comunismo regional procura que el hiper corrupto -y proterrorista- Pedro Castillo retome el poder! ¡Y como todo comunista, Castillo apela a la violencia! Una violencia callejera que nos hace recordar a aquel ensayo socialista que reencendió la mecha del odio social en el Perú. Fue cuando los caviares -patrocinados por esa prensa bastarda que lideraban El Comercio, RPP, La República, en felona coordinación con los canales 2, 4, 5, 8, 9 y 10- dieron rienda suelta a una cruenta asonada, para imponernos en la presidencia a uno de los suyos. ¡Tal como ahora hacen los comunistas para reponer en la presidencia al hiper corrupto Castillo! En ese entonces, año 2020, los socialistas contaron con el auspicio del mismísimo gerente del Banco de Crédito. Este sujeto, desfilando ominosamente con una banderola que decía “Merino no me representa”, formó parte del coro que impuso en la presidencia al infeliz Francisco Sagasti, quien facilitó el ingreso de Castillo a palacio y a la jefatura del Estado, con las gravísimas consecuencias que ahora viene soportando nuestra patria. El guion fue el mismo y el efecto, idéntico. ¡La única diferencia es que esos medios de comunicación esta vez se han identificado con la posición firme, patriótica de EXPRESO, periódico al que ningunearon y marginan porque repugnaba -y rechaza- la cultura caviar que ellos adulan! ¡Y que es la gran culpable de la situación por la que hoy está atravesando nuestra nación! También hoy, como en 2020, los partidos de centro y derecha están ausentes y silentes, ¡ni una sola convocatoria para manifestarse en defensa de la democracia y del Estado de derecho!
Apostilla. Rechazamos que Colombia, México, Argentina y Bolivia denuncien la remoción y detención de Castillo, solidarizándose con la trillada victimización del corrompido exmandatario e inmiscuyéndose de manera intolerable en asuntos de exclusivo interés del Perú.
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