Covid-19: ¿Actuar o debatir?

Poco importa la ideología del ministro de Salud, si con su gerencia es capaz de poner en marcha esa maquinaria oxidada de burócratas que, hasta hace dos días, parecían no tener norte fijo frente a la pandemia del coronavirus. Porque necesitamos a gritos una gestión eficiente de recursos financieros, logísticos y humanos, para salvar miles de vidas que hoy se encuentran en alto riesgo de ser contagiados.

Días atrás conversábamos con mi amigo y colega en gerencia pública, Víctor Zamora, sobre qué acciones tomar para enfrentar con éxito la guerra contra el Covid-19. Nos atrevimos a redactar un documento de divulgación que compartimos a través de un Informe de Asuntos Públicos de Pacific Latam (Edelman Affiliate), que llega a más de 100 países gracias a la red que Edelman tiene en el mundo.

Horas antes de hacerlo público, no sabíamos que Víctor sería invitado por el Presidente para convertir su propuesta en acción. Aceptó el reto.

Quienes creemos en una gerencia eficiente y moderna, sea pública o privada, sabemos que estos retos exigen convertir “ideas” en “planes de acción”. Ello requiere liderazgo, coraje y valentía. Es muy fácil ser críticos de balcón, o asesinos de pluma desde un escritorio, o frente al computador. Pero aceptar este cargo en plena crisis, poniendo por encima de todo los intereses del país… No tiene precio. Y tampoco se mide con los mismos KPI que las acciones políticas o partidarias, los programas electorales, ni los negocios mercantilistas (para diferenciar a los buenos de los malos empresarios).

Me precio de ser un ultraliberal a ultranza, pero eso no me impide reconocer en amigos y enemigos, así discrepemos ideológicamente sobre manejo del poder y distribución de la riqueza, el talento que pueda tener otro para la acción; en especial en momentos como este. Hoy, los márgenes que nos permite el “ensayo y error” de la gestión pública deben reducirse al mínimo, casi a cero, porque es una cuestión de vida o muerte. Eso no ocurre en el ámbito de las ideas. Aquí uno se muere y punto.

Hoy luchamos todos porque tenemos un enemigo en común. Un enemigo sin bandera ni ideología. Un enemigo que no distingue el rojo del azul, ni naranja del verde. Un enemigo que mata si no cambiamos estilos de vida, si no miramos fuera de la caja, si no comenzamos a pensar en el otro.

Soy un defensor de la libertad y el individualismo extremos, pero hoy me toca callar y darme la oportunidad de repensar el sentido de “colectivo” y “sociedad”. Aunque me resista a llamar “informal” a lo “ilegal”, aunque muchos no entienden razones y prefieren contagiarse que morir de hambre, aunque los más necesitados nos griten en la cara que no hicimos nada por cambiar este mundo en el cual vivimos; momentos como este siempre me llevan a la famosa frase de Winston Churchill: “Quien no es capaz de cambiar de opinión no es capaz de cambiar nada”. Y esto es, precisamente, lo que hoy necesitamos. Es momento para la acción.