¡Crece la destrucción del Perú!
Fiel a su talante esquivo, el presidente Castillo ignora a los limeñitos. Así les llamaba Eliane Toledo; y fíjense cómo terminó. Por eso, cada vez que entra en otra vorágine provocada por él o su entorno, toma las de Villadiego y enrumba a algún lugar alejado adonde pueda esconder las verdades y hablar de los que le gusta: mentiras.
Envuelto por enésima vez en acumulativos abusos de poder en beneficio propio y en perjuicio del Estado, Castillo amagó lanzando fuegos artificiales en Ayacucho pese a la gravedad de su manipulación a las Fuerzas Armadas. Busca tenerlas sometidas con el objeto de que traicionen su juramento como defensoras de la Constitución.
Pero Castillo se hunde cada día más en el fango de su manifiesta incapacidad moral, y el lodo de su proverbial ineptitud como jefe de Estado. Sencillamente, Castillo ya no da para más. Sus deficiencias las manifiesta a toda hora y en todo terreno, con resultados desastrosos para la sociedad.
Pero por si esto fuera insuficiente, Castillo persevera en imponernos un Estado comunista, para lo cual hace gala de su incompetencia porque, al final del día, le resulta útil para aplicar aquel mandamiento comunista que consiste en agudizar las contradicciones para extenuar al ciudadano, y de esa manera vencerlo por cansancio para que permita la instalación de un régimen totalitario marxista.
Así que Pedro Castillo se hunde en el marasmo su inutilidad como estadista. Pero con él, se hunde asimismo el Perú. Y esto reconfirma que detrás de Castillo existe todo un aparato logístico profesional, montado por especialistas en demoler las estructuras de países para transformarlos al modelo cubano, venezolano, boliviano o nicaragüense.
En este caso, es el servicio de inteligencia castrista el que actúa por órdenes del Foro de Sao Paulo utilizando de señuelo a un holograma con sombrero, para que ejecute sus ucases, traicione a su patria y se coloque la cuerda con la que acabará ahorcado por el comunismo trasnacional.
Castillo asistió a Ayacucho para mentirle una vez más al Perú. ¡En estos primeros cien días como mandatario no tiene nada que exhibir! Todas son promesas. Nada tangible.
Lo único verdadero es que en ese plazo Castillo ha debilitado al extremo la estabilidad social, económica, política, sanitaria, educativa, la seguridad ciudadana, etc.
El Dólar sigue disparándose por desconfianza y pánico del ciudadano. Con ello aumentan los precios de los productos básicos –GLP, gasolinas, electricidad, alimentos, transporte, etc.- afectando severamente a la población.
Lo que sí tiene mucho por exhibir Castillo son escándalos constitucionales y acciones delictivas.
Sus ministros ejecutan las órdenes de palacio, que a su vez retransmite Evo Morales desde Bolivia por encargo de La Habana y mandato del Foro de Sao Paulo. El círculo diabólico que nos gobierna.
Frente a este abracadabrante panorama, Castillo reclama que lo respalde el Congreso, facilitándole facultades legislativas para imponer una reforma tributaria con clarísimas intenciones confiscatorias.
Considerando semejante coyuntura, la obligación primordial del Congreso es defender la Constitución. La vacancia presidencial forma parte de esta defensa. Esperemos que finalmente decida aplicarla cuanto antes.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.