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Crisis al rojo vivo

Fecha Publicación: 02/12/2022 - 23:10
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Pese a que la situación del Congreso de la República se encuentra en una sala de observación, con pronóstico reservado, los congresistas no parecen tomar conciencia de esta gravedad y se han dado el lujo de tomarse su semana de representación. La amenaza del gobierno de cerrar este poder del Estado no ha desaparecido y está, por el contrario, más latente y fuerte que antes, mientras que la iniciativa de vacar al presidente, Pedro Castillo, parece entrar en una congeladora.

Cuando se suponía que la propuesta de vacar al mandatario, promovida, desde hace un buen tiempo, por el congresista independiente, Edward Málaga, había tomado cuerpo y ya contaba con la adhesión favorable de una buena cantidad de adherentes e ingresaba, con fuerza, a Oficialía Mayor del parlamento, la junta directiva del Congreso, presidida por el congresista José Williams Zapata, le echó un baldazo de agua fría al no saber manejar, con firmeza, la presión de las bancadas de izquierda, vinculadas al gobierno, y aceptar que la semana de representación no debía suspenderse.

Así las cosas, todos coinciden en que el entusiasmo retornará a su nivel, se enfriarán los bríos iniciales de quienes se había sumado, aun tibiamente, al pedido, debido a que el gobierno había violentado el ordenamiento constitucional y las leyes de desarrollo, al considerar que el Congreso le había denegado el voto de confianza solicitado por el expremier Aníbal Torres, por lo cual, su gabinete entraba en crisis, cuando, en realidad, sólo se trataba de un ardid que fue considerado por la directiva del parlamento, como improcedente, debido a que el Ejecutivo estaba usurpando una función exclusiva y excluyente del Congreso de la República. Ahora, dicen los observadores, el gobierno tendrá el tiempo suficiente como para convencer a los dubitativos y evitar que con sus votos lleguen al ansiado número de 87 para su aprobación.

La moción de vacancia, que es la tercera presentada contra el jefe de Estado, en lo que va desde que asumió el gobierno, fue firmada por 67 congresistas de las bancadas de Fuerza Popular, Renovación Popular, Avanza País, Somos Perú y Alianza para el Progreso (APP), así como por los no agrupados. En el momento que redactaba este artículo, se sustentaba, en el Pleno del parlamento, su admisión a debate. De acuerdo con el reglamento del Congreso, la moción requiere, del voto favorable, por lo menos, del 40 % de los congresistas hábiles; es decir, 52 votos para ser admitida. De serlo, señala el reglamento, el debate y la votación de la moción en referencia, tendrá que verse en la siguiente sesión plenaria del Parlamento, con asistencia de Castillo o de su abogado.

No es un problema que nos deba mantener indiferentes. Y más todavía a los llamados padres de la patria, principales interesados en defender los fueros de un poder legislativo independiente que garantice el equilibrio de poderes en nuestro sistema democrático. El ex defensor del pueblo, Walter Gutiérrez, lamentó que el Congreso de la República se encuentre “divorciado” de la realidad, y no tomen las medidas preventivas ni correctivas para defender la democracia.

Al cierre de este artículo, tomamos conocimiento que el Tribunal Constitucional había dictado una medida cautelar a favor del Congreso, en el sentido que suspendía los efectos del acuerdo adoptado por el Poder Ejecutivo de considerar denegada la cuestión de confianza a que se refiere el acta de la sesión del Consejo de ministros de fecha 24 de noviembre último. Resolución oportuna que deja mal parado al gobierno, y obliga al Congreso a no ser dubitativo en su toma de decisiones. La democracia está en juego, no se den el lujo de perder la oportunidad de consolidarla en beneficio del país.

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