¡Crisis! (II)

Continúo presentando las que considero causas de la crisis que el Perú ha venido atravesando, agudamente, en estos dos últimos meses.

Si bien voceros de la organización criminal presuntamente liderada por P. Castillo, según denuncia de la Fiscalía de la Nación, quieren presentar como rota la relación con el narcotráfico, sobre todo en el Vraem, no cabe pasar por alto que desde agosto de 2021, se ha debilitado peligrosamente la erradicación de los cultivos ilegales de coca y el accionar mismo de las FF.AA. y PNP, al punto que no solo las Fuerzas del Orden se vieron obligadas a efectuar importantes operativos en la zona sin informarlas al Gobierno, sino, más grave aún, han sufrido ataques con importantes bajas, como sucedió apenas hace una semana.

Paralelamente, mediante cupos en la administración pública se ha conseguido la complicidad activa y el silencio de grupúsculos de la ultraizquierda y también infiltrar la importante red de prefectos y subprefectos regionales así como de gobernadores y tenientes gobernadores distritales con personajes ufanos de su cercanía con Sendero Luminoso, interpretando canciones que esa banda terrorista adoptó como himno.

En menos de dos años, miles de millones de soles del presupuesto público fueron destinados a financiar consejos de ministros “descentralizados” que solo significaban rondas de ataque al Congreso de la República y a las bancadas y congresistas que no habían podido comprar con prebendas, como si hicieron con los “niños”, que lamentablemente, pese a las evidencias, hasta el momento no son desaforados o apartados definitivamente del Parlamento.

No cabe olvidar el financiamiento a una red de desinformadores ubicados sobre todo en las zonas alto andinas, la llamada “prensa alternativa” que no es sino una prensa mercenaria.

Vacado Castillo por el golpe perpetrado el 7 de diciembre pasado, cuando la justicia ya le seguía los pasos y sus más importantes socios en la corrupción desde el Estado o estaban fugados o comenzaban ya dar testimonio del involucramiento personal de Castillo en actos delictivos, toda la maquinaria que tenía montada se ha volcado con desesperación a destruir el aparato productivo y la tranquilidad social del país.

Tales son las causas políticas de la crisis que vivimos y que se expresa en la violencia extrema desatada, con actos de terrorismo como asesinar policías, destruir aeropuertos y centros de producción de bienes y servicios públicos y privados. La fachada de argumento para tal violencia es la renuncia de Dina Boluarte, quien que fue desde antes y durante todo el gobierno de Castillo –salvo algunas semanas- parte de todo este tinglado.

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