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Crisis y Odebrecht, beneficiarios del coronavirus

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Fecha Publicación: 19/03/2020 - 22:00
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El coronavirus ha acallado, al manos temporalmente, las noticias del affaire Odebrecht y el nuevo Congreso. Ellas congregaban, en lo básico, el insumo de todas las noticias. El estado de emergencia decretado por la pandemia Covid-19 ha conseguido cambiar el escenario nacional, mientras la gente asimila las consecuencias de quedarse en sus casas, no circular por las calles, y fundamentalmente someterse al orden que imponen en la vía pública no solo la Policía Nacional sino las Fuerzas Armadas. Vivimos en una suerte de zafarrancho de combate contra el coronavirus incubado en China, esparcido al resto del planeta y causante hasta ayer de 9,057 muertes y 220,733 infectados en el mundo entero. En Italia, solo el miércoles se registraron 4,207 nuevos casos -récord en 24 horas- y ayer, 427 muertes, con lo cual el total ha subido a 3,249 decesos, cifra mayor a las 3,200 muertes en China. Asimismo ayer en España se contabilizaban 767 fallecidos -169 en las últimas 24 horas- registrando otros 17,147 infectados. Mientras tanto, China confirmaba ayer jueves cero contagios y ocho muertes. Angela Merkel, la poderosa canciller alemana, ha manifestado que esta pandemia es la situación más grave que enfrenta este planeta desde la Segunda Guerra Mundial. El perfil del orbe lo ha trastocado el Covid-19. Para empezar, la vida de los 7.2 billones de terrícolas se ha ralentizado a niveles impensados. Se han interrumpido las conexiones internacionales prohibiéndose el tránsito –aéreo, marítimo y terrestre- entre países y continentes, con desastrosas consecuencias para las líneas aéreas, agencias de viaje, los hoteles, restaurantes, etc. Vale decir la ruina de la industria turística. Las bolsas de valores han perdido más que por la amenaza terrorista del 11/9/2001; e inclusive han superado el desplome sufrido tras el crac financiero de 2008. Wall Street marcaba el récord diario de caídas con casi 13% en una sola jornada. Aunque las consecuencias económicas, fruto del coronavirus de marras, aún no han sido cuantificadas. El día que el parte de guerra nos las haga conocer habrá sin duda un desasosiego generalizado.

Pero en Perulandia seguimos gobernados por un régimen de opereta que experimenta su inexperiencia con 31 millones de ciudadanos, a quienes no tiene la menor idea de cómo administrarles su vida, salud y hacienda. Por lo pronto Vizcarra, Vela, Pérez, sus panegiristas de la prensa vendida, Toledo, Humala, Kuczynski, etc., y, por supuesto, la corruptora Odebrecht con sus consorciados Graña, etc., se sienten aliviados porque el asalto llamado Lava Jato ha quedado momentáneamente sepultado por la pandemia. Sin embargo, es menester advertirle al presidente Vizcarra que estaremos vigilantes para evitar que pretenda cargarle las tintas al coronavirus como culpable de esta crisis socioeconómica que viene incubándose desde que el socialismo –con Humala, luego Kuczynski y ahora Vizcarra- capturó el poder de este país, y condujo sus finanzas al pantano en el que hoy se encuentran. La pandemia podrá haber contribuido en cierto porcentaje, pero la gran responsable de la crisis que nos aguarda será la calamitosa gestión actual. De esa realidad jamás escapará Vizcarra.