¿Cuál será el destino de la señora Lilia Paredes que se encuentra en México?
Es verdad que el asilo es una institución del derecho político internacional y que relieva la prerrogativa de un Estado de concederlo a una persona que se halle en la condición de perseguido político por otro Estado. Es lo que asumió el gobierno del presidente saliente de México, Andrés Manuel López Obrador y que, según la fuerza de la tradición del derecho internacional azteca, deberá seguir imponiéndose respecto del caso de la señora Lilia Paredes, esposa del expresidente Pedro Castillo, que mereció de México dicha protección jurídico-política del derecho internacional, guste o no guste. Lo anterior significa que México mantendría a la señora Paredes como asilada política y ello significará que seguirá brindándole toda las atenciones y protección que corresponde en ese estatus del derecho internacional, aunque siga siendo requerida por la justicia peruana, cuya cuerda queda subordinada o relegada mientras persista la principal, o sea, el referido asilo. Ante la eventualidad de que el gobierno de la presidenta electa mexicana, Claudia Sheinbaum, que acaba de ganar abrumadoramente las elecciones, decida levantar el asilo a la señora Paredes, entonces deberá consultarle a qué otro país ve con buenos ojos para que le siga concediendo la referida prerrogativa política. Lo anterior supone que en ningún caso México podrá pasar por encima del principio de No devolución, es decir, de aquel del derecho internacional que sostiene que, concluido el otorgamiento de asilo por un Estado que lo concedió a la luz de un gobierno anterior, una vez que dicho mismo Estado por otro gobierno decida finiquitar ese privilegio, nunca deberá proceder a devolver al perseguido a la boca del lobo, es decir, a las manos del Estado que busca detenerlo y sabe Dios si únicamente para juzgarlo. Esto es lo que sostiene la doctrina que nadie debería negar. Yo diría que México en esta nueva etapa en realidad será el México de la continuidad, por lo tanto, señora Paredes y sus dos hijos, seguirán siendo beneficiados con el derecho de asilo, dado que la presidenta electa mexicana ha surgido de las entrañas del partido MORENA del presidente López Obrador y será difícil que la señora Sheinbaum haga en su estreno político diplomático exactamente lo contrario de lo decidido por su mentor. Por tanto, ahora que la realidad política mexicana ha sido despejada, convendrá sobremanera que nuestra cancillería vaya con todo a la recuperación de la relación bilateral seriamente dañada por Andrés Manuel López Obrador y que a la fecha ha generado que mantengamos los dos países el nivel de las embajadas bajo la representación de un encargado de negocios. También debería inducir a la evaluación mexicana del requisito de visa para que los peruanos podamos viajar a tan importante nación hermana como los aztecas al Perú; y, finalmente, buscar sacar a la Alianza del Pacífico, que además del Perú y México, integran Colombia y Chile, de la lamentable situación en que se encuentra a la fecha.
Excanciller del Perú e Internacionalista
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