Cuando el río suena, piedras gordas trae
Pedro Castillo enfrenta una lluvia de denuncias que amenazan la continuidad de su gobierno.
Este año no hemos sufrido los estragos de la Corriente del Niño, pero Pedro Castillo no se ha salvado de la corriente que han generado sus “niños”, familiares y allegados quienes por su ambición han cargado las aguas contra su gobierno, arrastrando a importantes funcionarios públicos que, de haberse coludido, podrían terminar en el mismo cauce que lleva a Piedras Gordas.
Hemos visto en los programas dominicales a Karelim López, aplomada y segura, ratificándose en las declaraciones que habría dado a la fiscalía sobre presuntos actos de corrupción, los mismos que asumimos ha sustentado con pruebas. Si las denuncias fueran ciertas; y la justicia cumpliera su rol; podrían implicar al mismísimo inquilino de palacio de gobierno.
En este escenario, Pedro Castillo y sus aliados se sienten acorralados por la prensa que denuncia la corrupción en su gobierno y pone en evidencia la ineptitud del gobernante y sus mediocres funcionarios.
Pedro Castillo navega contra la corriente, tratando de mantenerse en el poder el mayor tiempo posible. Para lograrlo ha comenzado a lanzar “piedras de ensayo” apuntando en diferentes direcciones.
Desesperado ha vuelto a lanzar, como maniobra para distraernos, su conocida “piedra” de la Asamblea Constituyente que impacta negativamente en los inversionistas y afecta severamente nuestra economía. Esta piedra la utilizó como su principal promesa de campaña impactando favorablemente en su electorado rural que parece confundirse pensando que ahora en sus asambleas comunales, además de los temas de su comunidad, serán partícipes de las grandes decisiones del gobierno para solucionar los problemas que los afectan. Tremenda manipulación con la que distorsionan la verdad buscando su aprobación en un improbable referéndum.
Otra peligrosa “piedra” que lanza con frecuencia el Gobierno, haciendo uso de su perverso poder, la dirige frecuentemente a los medios de comunicación y sus principales periodistas, pretendiendo acallarlos con cartas notariales, denuncias, juicios y sentencias para silenciarlos. Ha intentado hacerlo hace poco con EXPRESO y su director Antonio Ramírez, ‘Panorama’ y Rosana Cueva, antes con Willax y Beto Ortiz que incluso ya tiene una controvertida sentencia en primera instancia en su contra. Seguirán afectando a los medios opositores si los demás medios se mantienen indiferentes o prefieren optar por una actitud sumisa y complaciente para no verse afectados.
Lamentablemente nadie hace suyo un problema hasta que se ve afectado directamente. Conocemos la pesadilla que viven nuestros hermanos venezolanos, pero preocupa la indiferencia y permisividad de algunos medios de comunicación, periodistas, líderes gremiales, empresarios, políticos, que no se pronuncian ante la prepotencia con la que este gobierno atropella y amenaza las libertades y derechos de todos los que se opongan a su gran objetivo: perpetuarse en el poder.
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