Cuando las cuerdas separadas se juntan
El discurso de las cuerdas separadas de la política y la economía ha sido utilizado de acuerdo con el grupo de interés que lo manifiesta, es decir: “todo depende del color del cristal con que se mire”.
En el 2005, en las postrimerías del gobierno de Alejandro Toledo, cuando la cancillería peruana planteó el diferendo marítimo con Chile; desde el Premierato, Pedro Pablo Kuczynski promovía la interconexión energética con nuestro vecino sureño. Los gremios empresariales decían que política exterior y negocios iban por vías paralelas.
En el quinquenio de Ollanta Humala, por las protestas contra los proyectos mineros de Conga y Tía María, así como las marchas de protesta por la ley del trabajo juvenil, que le llamaron “ley pulpín”, los mismos gremios alertaban del “ruido político que correrá las inversiones”, ya las cuerdas no estaban tan separadas.
En la gestión de Martín Vizcarra, en el período 2018-2020, con una política judicializada contra el opositor, con prisiones arbitrarias por doquier; las cuerdas nuevamente se separaron, el irrespeto a los derechos fundamentales contra personas públicas no contaba y la arenga era: “business son business”.
En el breve periodo de Manuel Merino, al poder mediático y económico no le gustaba el tumbesino, y los capitostes gremiales protestaron en Twitter con el hashtag “De Pie”. Supuestamente, los negocios estaban en riesgo, protesta que se acalló con el ascenso de Francisco Sagasti, a pesar de que tenía la misma procedencia: el Congreso de la República. Las cuerdas ya no estaban tensas y volvieron a separarse.
En el gobierno de Pedro Castillo, la contaminación de la economía por la política aún no es percibida por el ciudadano medio, el crecimiento de la economía alrededor del 3% obnubila; sin embargo, la retracción de la inversión privada sí es una señal inequívoca de la afectación.
En el enrarecido clima político actual, la situación se complicará. La vacancia de Castillo y un posible ascenso de Dina Boluarte serán una incertidumbre; como también lo será la permanencia en el cargo del mandatario. Por un lado, gran parte de su gabinete enfrenta una acusación constitucional y de otro, en el nombramiento de relevos cada día las cosas empeoran; las cuerdas se juntaron y por un largo período.
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