Cuando llegó la peste

La pandemia nos está acorralando y, lo más grave, con nuestra indiferencia e irresponsabilidad nosotros mismos nos estamos colocando la soga al cuello. A muchos, por no decir a la gran mayoría, poco o nada interesa la salud del resto, viven su mundo y el momento, propios del más extremismo individualista. Más allá de las explicaciones médicas y sanitarias, preocupa la conducta social, el comportamiento como grupo y este es el que más está fallando. Tengo la impresión de que los medios masivos de comunicación hacen coro y apología de estos hechos negativos.

Estamos cometiendo el error de menospreciar las nefastas consecuencias en los valores humanos y espirituales. De todo esto los más afectados son nuestros niños; en ellos, estamos socavando su mentalidad mostrando nuestros actos, como si correspondieran a acciones normales. Solo así se puede entender nuestro comportamiento primitivo. Lamentablemente, desde los entes responsables, no se visualiza acción alguna para enfrentar la grave situación y evitar los daños en salud mental. Por eso, toda la responsabilidad queda en manos de la familia, es ella quien tiene que preocuparse y adoptar todas las medidas para las catastróficas consecuencias. No olvidemos que la cuarentena ha aislado a nuestros niños de su hábitat natural, de los espacios propios de juego e interacción con otros niños y hemos concedido ciegamente todas las responsabilidades a la interesada pantalla agravando otros riesgos que todavía no lo estamos visualizando.
Es en este contexto que se ha escrito y publicado el libro Cuando llegó la peste, de Jorge Espinoza Sánchez, un libro con breves relatos que describen con crudeza y desgarro los diferentes sucesos de la pandemia, contextualizados y narrados desde la mirada de los niños. El aporte es que está escrito en un lenguaje apropiado para niños. Este libro es de relevancia y de utilidad como material didáctico para que los padres puedan trabajar con los niños. Tiene el mérito de incluir una sección de guía metodológica, siguiendo los cánones pedagógicos, para el análisis, la comprensión literaria y desarrollar capacidades propias del pensamiento crítico.

Es tiempo de ver la luz al final del túnel, de ver la otra cara de la moneda. Todo ello está en nuestras manos. Tenemos que tener la suficiente valentía para convertir esta crisis en una oportunidad, que permita a las familias, más allá de todos los problemas, reencontrarse. Si no somos capaces de voltear la tortilla, será tarde, muy tarde, para los lamentos.

Para más información, adquiere nuestra versión impresa o suscríbete a nuestra versión digital AQUÍ.

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.