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Cuando no hay mayoría en el Congreso

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Fecha Publicación: 28/07/2025 - 21:00
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En los últimos años, cada renovación de los integrantes de la Mesa Directiva del Congreso de la República en el mes de julio, previo al inicio del año legislativo, ha significado semanas de turbulencia política y de activa crítica —muchas veces malintencionada e injusta— a los partidos políticos y a los mismos parlamentarios. Parece no entenderse que, en un escenario donde no hay una bancada que tenga mayoría absoluta, es decir, que agrupe por lo menos a 66 congresistas, que es la mitad más 1 del total de 130 representantes que componen el Parlamento peruano, la integración de la Mesa Directiva y de las comisiones y sus directivas requiere necesariamente de acuerdos entre los grupos políticos.
Llegar a tales acuerdos no implica que haya alianzas entre los grupos ni los partidos a los que pueden representar, menos aún que tales grupos o partidos modifiquen o abandonen sus propias visiones y propósitos políticos. Se trata, fundamentalmente, de conseguir el acceso a las funciones y actividades que corresponden o están asignadas a los cargos en la Mesa Directiva institucional y en las directivas de las comisiones.
A la inexistencia de una bancada con mayoría absoluta, se agrega una lamentable “movilidad” congresal (que, de principio, es un desaire a la voluntad popular que fija el número de grupos o bancadas parlamentarias y sus miembros). Hoy tenemos que, de iniciales 9 bancadas en julio de 2021, se ha pasado a 12, con la desaparición de algunas, la creación y hasta recreación de otras, y 7 congresistas en calidad de no agrupados.
Estimo que tal “movilidad”, que es incluso mayor al término del quinquenio congresal y la cercanía de nuevas elecciones generales, solo acabará o disminuirá significativamente cuando se logre aprobar una norma que disponga que la curul pertenece al partido que auspició la candidatura y que quien abandona la bancada (cualquiera sea el motivo, más o menos principista alegado) debe ser reemplazado por el accesitario.
A falta de tal norma, algo se lograría, en desaliento del transfuguismo, si al menos se regulara que el congresista que abandona su bancada no puede integrar otra o formar nueva, y que tampoco puede pretender cargos directivos en órganos congresales.
Ahora bien, el acuerdo para integrar la Mesa Directiva del Congreso se refiere a qué grupos la integrarán. Será cada grupo el que decida qué congresista lo representa.
Para la Mesa Directiva 2025-2026, la bancada de Fuerza Popular propuso al congresista Fernando Rospigliosi para que la represente ocupando la primera vicepresidencia.

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