¿Cuánto podría costar la libertad de Venezuela?
El gobierno del Perú, a través de su cancillería, informó que reconocía a Juan Guaidó como el Presidente interino de Venezuela, después que como cabeza del Parlamento y, de acuerdo a la Constitución de ese país, se autoproclamara como tal y calificara como usurpador a Nicolás Maduro quien, desde el Palacio de Miraflores, sigue defendiéndose con el apoyo de la mayoría de las Fuerzas Armadas.
Maduro, el delfín de Hugo Chávez, ha sumido al país petrolero del norte en una pobreza económica y social de tal envergadura que miles de ciudadanos y sus familias huyen de su tierra y se refugian en distintos países de América Latina y otras regiones, uno de los cuales es nuestro país, con un número cada vez más creciente de venezolanos que se concentran en Lima, pero que también trabajan y viven en distintos lugares del país.
Los negocios de servicios son quienes más los solicitan, incluidos los de salud y educación. Su presencia está en diferentes empresas, emprendimientos propios y en muy distintos oficios, donde se dice que se les prefiere por su atractivo como personas amables y siempre con buena disposición para ayudar, como por el precio barato que ofrecerían por esta la mano de obra, cosa que es sumamente cuestionable.
Que se recuerde, en estas últimas décadas, el fenómeno de una migración tan numerosa procedente del extranjero no la habíamos vivido en el Perú; por tanto, nunca se previó la actual llegada de personas y familias enteras que proceden de Venezuela, huyendo de las consecuencias del régimen chavista del “socialismo del siglo XXI”, porque los productos y servicios básicos de alimentación, salud y educación, no se pueden obtener por la grave situación de pobreza y escasez que vive bajo el mandato del régimen de Maduro.
Es por este motivo que la situación política, social y económica de Venezuela nos debe interesar y preocupar. La autoproclamación de Guaidó en la Asamblea Nacional como presidente interino es, por así decirlo, el intento más exitoso de la oposición democrática por devolver a ese país su esplendor. Henrique Capriles no avanzó mucho y Leopoldo López, que terminó en la cárcel, también ha perdido la energía para seguir en la lucha.
Nunca más que ahora la oposición presidida por Juan Guaidó está tan cerca de lograr el objetivo de liberar a Venezuela de un régimen manipulador y empobrecedor de sus ciudadanos que lo sufren; sobre todo, por el gran espaldarazo internacional que ha recibido de tantos países: el Grupo de Lima, la Organización de Estados Americanos (OEA) que preside Luis Almagro, la Unión Europea, Estados Unidos, Brasil y muchos más.
Sin embargo, es también verdad que Rusia -uno de los países que se modernizó con la caída del Muro de Berlín- y México, han decido apoyar a Maduro, como sin duda lo hace Cuba. Por tanto, la posibilidad de que la crisis que vive Venezuela crezca y se convierta en un conflicto internacional, podría ser altamente probable, si por un lado se planta Estados Unidos, la Unión Europea, etc., y, por el otro, Rusia y sus aliados.
Es necesario presionar para que Venezuela vuelva a ser un próspera y democrática, donde tantos peruanos encontraron el éxito, pero también es necesario hacer votos para que esta situación no devenga en un pretexto para que las grandes potencias conviertan a este país en un preciado trofeo y lo tengamos que pagar toda América Latina.
(*) Profesora de CENTRUM PUCP, GBS