Cuba, el monumental fraude del comunismo

Insistimos en denunciar la complicidad de este gobierno con un sujeto sumamente peligroso para la democracia y la sociedad peruana. Señalamos ayer que el tal Carlos Rafael “El Gallo” Zamora, actúa como embajador de Cuba en Perú, es un alto oficial de la inteligencia castrista, que ostenta el rango de coronel de la Dirección de Inteligencia del Ministerio del Interior de Cuba (DIN) y, sin embargo, se desempeña como diplomático. Porque fue el golpista, ágrafo, Pedro Castillo quien hizo que su entonces Canciller, el infausto Óscar Maúrtua, acreditara a este peligroso emisario del castrismo e implacable enemigo de las democracias latinoamericanas.
Para empezar, Cuba no solo NO es una democracia. ¡Es una de las dictaduras más aborrecibles de todo el planeta! Lo que sucede es que el comunismo internacional la idealiza habilísimamente para atraer voluntades de los pueblos atrasados como los de nuestro subcontinente. Gente que no repara en analizar para conocer la verdad, sino que se sugestiona con las falacias e inventos del marxismo del tercer milenio, que presenta como “paraíso” a esa isla de la tortura, la cárcel y las muertes de los oponentes del régimen de facto que la gobierna hace más de seis décadas. La crisis socioeconómica en Cuba alcanzó en el año 2025 una dimensión crítica y multisistémica, comparable a un colapso estructural de características monumentales. Diversos informes coinciden en que Cuba enfrenta una situación de precariedad generalizada, con impactos severos en la economía y los servicios básicos, empezando porque la corriente eléctrica no existe la mayoría de los meses del año. Algunos indicadores macroeconómicos reconfirman los alcances de la debacle económica de Cuba.
Inflación descontrolada: Los precios de alimentos y productos básicos han superado el poder adquisitivo de la mayoría de los ciudadanos.
Deuda externa impagable: Cuba arrastra más de 40,000 millones de dólares en compromisos financieros, con litigios activos y pérdida de credibilidad internacional.
Colapso productivo: Las industrias están paralizadas, las exportaciones han caído drásticamente y el turismo no logra recuperarse.
Dolarización excluyente: Bienes esenciales solo se pueden adquirir en moneda extranjera, marginando a quienes no reciben remesas.
El correlato de esta catástrofe lo apreciamos en toda su magnitud en los servicios sociales:
El sistema de salud ha colapsado: escasez de medicamentos, insumos y personal médico. Hospitales en estado catastrófico.
La alimentación y transporte están en crisis: mercados vacíos, desnutrición creciente y flota de transporte obsoleta.
Crisis energética: apagones prolongados y desconexiones diarias del sistema eléctrico nacional han paralizado actividades cotidianas.
Crisis política y social:
Migración masiva: más de un millón de cubanos han emigrado en los últimos tres años.
Represión sistemática: se documentan cientos de incidentes represivos mensuales, incluyendo detenciones arbitrarias y vigilancia a opositores.
Descontento social: protestas populares continúan, aunque sin una coordinación efectiva para impulsar un cambio estructural.
Con semejante cuadro de miseria, sumado a la absoluta ausencia de libertades y al hecho de que la Justicia la imparte el comunismo a través del gobierno, lo que hace Gallo Zamora es engañar a millones de peruanos amantes de la libertad con el cuento mendaz de la Cuba Libre.

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