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¡Cuidado con la vacancia!

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Fecha Publicación: 18/05/2025 - 23:00
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Los peruanos hemos alcanzado tales niveles de autodestrucción, de irresponsabilidad y de estupidez, que superamos cualquier parámetro internacional. Atravesamos por un túnel de sombras, dudas, amenazas, peligros y cuanta tragedia pueda uno imaginar, que nos impide comprender la magnitud del esperpento que tenemos delante. Sin embargo, la obnubilación es de tal peso que nadie se toma la molestia de reflexionar e intentar, siquiera, la búsqueda de una salida a este laberinto en el que andamos perdidos. Los problemas nacionales no sólo se multiplican, sino que se complican con el paso de las horas, días, meses y años. ¡Y vaya si son gravísimas contrariedades que afectan hasta nuestra existencia como sociedad occidental, civilizada, amante de la libertad y la independencia como fundamentos de vida!
¿A qué grado de pérdida del sentido de la realidad habremos llegado, que el grave hecho de haber atestiguado la sucesiva caída de cinco presidentes seguidos (Kuczynski, Vizcarra, Merino, Sagasti y Castillo; tres de los cuales ahora están privados de su libertad por corrupción), ni siquiera ha dejado huella en el comportamiento de nuestra sociedad? Por el contrario, hay un creciente sector de peruanos que, como perritos falderos, considera no sólo factible, sino favorable que el Congreso vote a la mandataria Dina Boluarte. Por cierto, faltando menos de un año para la fecha formalmente convocada por el Poder Ejecutivo para que se lleven a cabo las Elecciones Generales de abril de 2026. Vale decir, restando apenas once meses para que los peruanos elijamos a nuestras autoridades, estos antipatriotas —perdedores de toda la vida— hoy buscan que el Perú entre en un nuevo vacío de poder para profundizar las contradicciones, agravando así el estado de colapso sociopolítico en el que se encuentra nuestra nación. ¡Esto en beneficio de nadie más que del comunismo! ¿O acaso no sabemos de memoria que la izquierda persevera en apoderarse de nuestra nación, apelando a su trayectoria de llamar a nuevas elecciones para multiplicar las contradicciones, profundizar las crisis, generar más vacío de poder y atizar algaradas que acabarán con la muerte, tanto de civiles como de policías y militares? Y claro, para desatar una persecución política respaldada por los sicarios de siempre —la Comisión y Corte Interamericana de Derechos Humanos— unidos a las huestes cubanas, venezolanas y mexicanas, junto al resto de la chusma regional para proclamar el “triunfo en el Perú del candidato comunista”; ¿siendo conscientes de que la realidad es absolutamente la opuesta?
No permitamos que los atrabiliarios de siempre —azuzados por los retorcidos, ultracorruptos caviares— desestabilicen nuevamente el Perú. Póngase firme, amable lector. Piense en el futuro del país. Demuestre esa resiliencia que tanto beneficio nos dio, como acabamos de reseñar al inicio de este comentario. Conociendo que las elecciones serán en abril de 2026, mantenga la calma, desdiga los llamados a vacancia y trabaje para evitar el triunfo de cualquier postulante de izquierdas, evitando el chanchullo ocurrido en las últimas elecciones —impulsado por el expresidente del Jurado Nacional de Elecciones, el comunista Salas Arenas— regalándole groseramente la victoria al camarada Pedro Castillo.

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