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Cultura e información

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Fecha Publicación: 24/04/2022 - 22:50
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Vivimos en tiempos de apremio en que la abundancia de información no deja espacio para una adecuada reflexión. Las redes reproducen opiniones, no conocimiento. De ahí la importancia de la prensa, que se responsabiliza por la información, seleccionada y corroborada. Comprender lo que se ha leído o escuchado debe llevarnos a pensar -reflexionar cavilar y sopesar- sobre el valor de la información recopilada.

Esto es una condición clave para el aprendizaje para entender mejor la utilidad para nosotros de lo que se nos envía, así como nos puede llevar a conocer el propósito que tuvo el quien origina la información. Todo esto es más fácil si se cuenta con una base cultural, así como una educación que nos proporcione el conocimiento necesario.

El intercambio cultural con otros países es importante. Hace unos días se inauguró en París una moderna muestra de Machu Picchu, evento impulsado por el empresario José Koechlin. Y pronto, en la misma capital de la cultura mundial, presentará la artista peruana Ana María Westphalen una muestra de arte contemporáneo. La cultura es una forma de mostrarse, sin fronteras, tanto de modo individual como colectivo. Por ello incide en las relaciones internacionales generando prestigio y confianza entre los pueblos. Se basa además en la aceptación de lo que puede ser tanto común como distinto.

La crisis política hoy nos obliga a reflexionar sobre la importancia que tiene promocionar la cultura peruana. Aquella erudición que ha demostrado que formamos una civilización con el mestizaje de aportes culturales distintos. Ello se logró en base a la tolerancia e integración.

En el Perú moderno, son los escritores, los músicos o los fotógrafos los que han logrado, con mayor éxito, transmitir al mundo la realidad peruana. La novela, según los exegetas, evoca diversas concreciones de sociedades desarrolladas en contradicciones variopintas. Esto ha suscitado interés en otras estructuras sociales más allá de nuestras fronteras.

Estamos logrando que trascienda lo más auténtico y nos esforzamos en superar el estancamiento en que algunos años vivimos cuando nuestros referentes estaban entrampados en el esperar que nos “descubrieran”. Y nos limitamos a rendir honores y publicidad a foráneos dejando en la sombra a nuestros ancestros que nos los verdaderos realizadores.

Queda un extraordinario potencial por desarrollar. El Perú, pese a contar con un acervo cultural original, rico en sus variaciones, participa aún muy poco del diálogo intercultural institucionalizado. Nos replegamos aún en el conformismo de ser simples receptores de acciones de industrias culturales foráneas.

Hoy más que nunca, debemos promover la solidaridad tanto a nivel nacional como internacional. Esto se logra a través de promocionar a los que producen intereses culturales, que además significa preservar valores éticos.