ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Cultura liberal

Imagen
Fecha Publicación: 04/12/2023 - 21:30
Escucha esta nota

El liberalismo entraña una cultura económica difícil de rebatir. El gran problema de los liberales es que no plantearon una revolución del saber económico en las escuelas.

Quien entiende de economía, difícilmente podría sustentar el socialismo porque el socialismo cuesta. El Estado no se sustenta solo. Lo sostiene el dinero, ¿el dinero de quién? El dinero de la gente a través de los impuestos. Si un niño aprende que una posta, una comisaría, una escuela y un puente no se financian solos, entenderá que existe un valor tributario y que la recaudación que financia la posta, la comisaría, la escuela y el puente depende de la inversión privada. Si nadie invierte, el Estado no recauda y si no recauda, no construye nada ni paga sueldos, quiebra.

Es el pobre quien se beneficia cuando una empresa privada nace porque tendrá más obras y más empleos, y si tiene empleo tendrá dinero y a más dinero más libre e incluido. Integrarse formalmente al mercado, allí la mejor inclusión: la del que invierte y la del que compra. Más consumo, más inversión y, consecutivamente más empleos, más consumo, más recaudación y menos pobreza.

Los jóvenes ignoran esta lógica. No existe una cultura económica. Desde su rudimentario conocimiento del mundo, asumen que todo es política, el populismo es benefactor y cada elección nos trae un nuevo mesías. La historia del Perú es la historia de la política y la guerra, nunca la gesta del capitalista. A nadie le cuentan que las empresas públicas concluyen en rojo y el rojo sale de los bolsillos de la gente.

Se le dice al niño que el empresario es un malvado personaje de Dickens y que el dinero es una maldición. El éxito es una señal salvífica en el calvinismo, de allí la riqueza del norte… sin culpa, sin envidia, sin palo encebado.
El joven ignora que el Estado, que restringe a los privados y fabrica dinero sin soporte, abarata el valor de la moneda y se requerirá más dinero por mano para comprar la misma mercancía que antes tenía menos valor. Lo llamamos “inflación”. Necesitamos cada vez más dinero para comprar el mismo producto. La inflación es el impuesto que el pobre paga a los políticos para la ruina de aquel y el perverso enriquecimiento de este.

Cuando las escuelas incluyan la lógica del mercado, menos votos tendrá la izquierda en esa feria de desconciertos que llamamos “democracia”.

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.