Cusco es un ejemplo
Visitar Cusco, aunque sea por pocos días como he tenido ocasión de hacer en la semana que acaba de terminar, es siempre enriquecedor, incluso recorriendo –por tercera vez– sitios arqueológicos muy cercanos a su capital departamental como son Uchuy Kenko –Kenko Chico– o Sacsayhuamán. Esta vez, el recorrido en compañía de un especialista facilitó nueva información y provocó reflexiones sobre los monumentos que usualmente no son propias de las visitas ordinarias.
No menos importante fue constatar, apenas llegada al aeropuerto y hablar con el taxista y recorrer la ciudad hacia mi hotel, que se nota a leguas que Cusco ha derrotado –espero definitivamente– ese nefasto intento marxista de sembrar el caos, que, si bien no es nuevo en la región, llegó a límites insólitos en el último mes de 2022 y primero de 2023, buscando reponer en su cargo al más que presunto corrupto e inepto gobernante vacado el 7 de diciembre pasado.
Fue muy grave el daño causado por actos de vandalismo cometidos por delincuentes que deben ser castigados con severidad. La economía familiar y regional, basada fundamentalmente en el turismo y en actividades vinculadas a él como la textilería y artesanía, aun no logra reponerse siquiera a los niveles críticos postpandemia, pero se nota la decisión de que no se permitirá que el totalitarismo vuelva a afectar a los pequeños emprendedores que son el eslabón más vulnerable de la cadena productiva. Mención especial merece la gastronomía cusqueña que debe enorgullecer a todos los peruanos.
Es, sin embargo, lamentable que el Estado, la administración pública no acompañe este gran esfuerzo privado por salir adelante. Resulta insultante comprobar que el que fuera hotel de turistas del Cusco, situado en el centro mismo de la ciudad imperial, a pocas cuadras de la Plaza de Armas, siga abandonado, salvo algunos comercios y cochera en su planta baja y sótano, desaprovechando y echando a perder la amplia infraestructura, que, además, por pertenecer a la Beneficencia deja de rendir frutos destinados a la asistencia de población en riesgo como niños, madres y ancianos en situación de desprotección y peligro. Es inexplicable la inacción del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables en supervisar esta situación irregular en la que, según se me informa, el afán de lograr prebendas por corrupción ha neutralizado el interés de operadores hoteleros dispuestos a darle el uso debido al imponente inmueble.
A pesar del Estado, creo que Cusco, al igual que Arequipa, Ayacucho y Cajamarca, no permitirá que la insania marxista dañe su presente y futuro.
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