Datos reveladores

Pertenezco a una generación a la que sólo toca ver el reinado de nuevas tecnologías que cada vez trae asombrosas innovaciones en todos los terrenos, especialmente en las comunicaciones. Es el mundo de las generaciones jóvenes donde los mayores debemos esforzarnos si queremos sobrevivir y adaptarnos a un universo cada vez más competitivo. Quizás, por ello, no debería sorprendernos el halagador resultado de una reciente investigación que realizó en el país el Instituto Nacional de Investigación e Informática (INEI) en el uso del servicio de Internet.
En el primer trimestre del 2024, según este estudio, el 72.0% de niños y adolescentes de 6 a 17 años de edad, hizo uso del servicio de Internet, incrementándose en 5,1 puntos porcentuales, respecto a similar trimestre del año 2023 (66.9%). Y si tomamos en cuenta las edades de niños y adolescentes, el estudio arroja que, entre la población infantil de 6 a 11 años, se incrementó en 8,0 puntos porcentuales al pasar de 50.2% a 58.2%, y en los adolescentes de 12 a 17 años en 3.0 puntos porcentuales al pasar de 81.9 a 84.9%. Eso quiere decir que su uso es cada vez más frecuente en el universo de los niños.
Si tomamos en cuenta la lengua materna, la investigación señala que el 74.2% de niños y adolescentes con lengua castellano hacen uso de Internet y los que tienen alguna lengua materna nativa (quechua, aimara, asháninca, entre otras) el 40.3%. Ello explica la existencia de una brecha de 33.9 puntos porcentuales entre una y otra, llevando la peor parte los niños y adolescentes que tienen lengua materna nativa y hacen uso de internet, universo en el cual disminuyó en 1,7 puntos porcentuales.
Un dato, igualmente relevante, es el uso creciente del celular en niños y adolescentes. Según el estudio del INEI, el 86,4% accedieron a Internet mediante ese dispositivo. Ante ello, debemos sentirnos satisfechos, siendo necesario enviar mensajes de alerta a los padres de familia a fin de que tengan el control adecuado, tanto de redes como del móvil, ello debido a lo peligroso que resulta ser las actividades de nefastos personajes que utilizan el engaño para atraer a jóvenes inmaduros para fines perversos.
Por otra parte, en el plano político, esta semana la opinión pública conoció el anuncio del exrepresentante del Perú ante la Organización de Estados Americanos, Harold Forsyth, que, junto con otro grupo de personas, denunciará ante la Corte Penal Internacional a la presidenta, Dina Boluarte, por presuntos delitos de lesa humanidad y violación sistemáticas de los derechos humanos, en relación a las muertes ocurridas durante las protestas en contra del gobierno a finales de 2022 y principios de 2023. Una decisión, sin duda, que permitirá poner, nuevamente, en vitrina los luctuosos sucesos de esas fechas con el propósito de llamar la atención de la comunidad internacional.
“Estamos hablando, por lo menos, de 49 muertos, sin que nadie diga ‘esta boca es mía’. Se ignora por completo el informe del Departamento de Estado (de los Estados Unidos), de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Entonces esto ya no puede ser”, señaló ante la prensa.
Es indudable, que esta pretensión tiene la estrategia de presionar al Ministerio Público y al Congreso para que las denuncias sobre estos hechos estén siempre en vitrina como espada de Damocles para la vacancia presidencial.
El bajo porcentaje en las encuestas no hace sino alimentar la posibilidad de que la mandataria, antes de tiempo, concluya su mandato. Para el buen orden político, llevemos a cabo las elecciones sin sobresaltos, luego como dice la Constitución, la presidenta podrá ser objeto de las acusaciones de cualquier tipo.

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