De brinco en brinco, pero avanzan
Resulta increíble que hasta la fecha tengamos analistas políticos que sostienen que el gobierno del profesor Castillo no obedece a una ideología ni a una organización llamada Partido Comunista del Perú Marxista Leninista Mariateguista y crean que el famoso ideario presentado al JNE como plan de gobierno fue redactado por una sola persona sin convicción de su aplicación concreta a la realidad desde el poder.
Tampoco es comprensible que mantengan una visión casera del accionar político de los grupos más extremistas de la izquierda latinoamericana, como si su accionar solo hay que mirarlo en el Perú y solo dentro del Perú, cuando es público y notorio que hay un accionar regional impulsado por el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla para, aplicando la tesis de Gramsci, llegar al poder utilizando la vía democrática aprovechándose de todas las fisuras que las leyes electorales muestran, para imponer progresivamente como lo hizo Chávez en Venezuela y Ortega en Nicaragua, ni hablar de Cuba, un régimen totalitario de corte comunista que controlando todo el aparato estatal, la policía y las FFAA, elimine las libertades individuales, restrinja la propiedad privada, promueva la inversión pública con políticas y normas que provoquen el alejamiento de la gran inversión nacional y extranjera que es la que lleva tecnología de punta a los países donde se aplica esa inversión con la generación de miles de puestos de trabajo directo e indirecto y, con el poder de coerción bajo su control, desatar una represión impune contra todo opositor con cárcel y muerte incluidas.
La política general de esta clase de régimen tiene como objetivo el empobrecimiento general porque es el modo ideal de someter a la población a su voluntad por su terrible estado de necesidad y búsqueda de recursos para sobrevivir satisfaciendo únicamente los requerimientos básicos de comida, vestido y alojamiento.
Como toda su teoría se basa en la lucha de clases, aumentando los pobres a costa de la desaparición de la clase media, solo hay que manejar bien los impuestos para golpear a los que ellos consideran ricos contra los cuales lanzarán luego un ataque físico que no respetará ni vida ni integridad física ni bienes.
Cuando el Partido manda siempre hay uno que los lidera de modo que cualquiera puede confundir esa imagen como un simple caudillismo. Entre ellos se matan por el poder y no les importa abusar de este porque no tienen control alguno en su contra.
Hay que meternos en la cabeza que subrepticiamente ellos avanzan disfrazando sus actos y distrayendo a sus rivales con personajes fusibles, escándalos que luego explican y justifican, pero demoliendo política y socialmente al opositor que cometa algún error y, en ese vaivén, se irán fortaleciendo.
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