De gesta liberal a…
Los derechos humanos son una gesta liberal, pero tarde sirvieron para defender a los enemigos de la libertad. Para graficar, por terror tomo una fábrica y mato a cien, los policías me disparan y resulta que el Estado debe reparar a mis padres. “Yo también tenía derechos humanos”, dirán los activistas.
En un Estado democrático las categorías no pueden equipararse a las de un Estado tirano como el de Cuba. No es lo mismo matar y encarcelar gente inocente en La Habana que un grupo de militares en una democracia garantice la vida de inocentes y se defienda de un grupo subversivo disparando según reglamento. Para la Corte IDH todo es la Argentina de Videla o Chile de Pinochet. Allí se quedaron. Ocurre que no existen estándares de contextualización de situaciones.
Un miserable terrorista que tomó las armas como Víctor Polay, refiere sus derechos y pide una reparación para salir libre y asegurarse una vejez próspera que pocos peruanos tienen. No podrá, pero sirve el hecho. Su demanda fue admitida en 2022, durante el gobierno de Sagasti. ¿No debió haber un pronunciamiento del Estado? La presidenta Dina Boluarte ha sido enérgica, ni un centavo para el terrorista. El primer ministro Alberto Otárola anunció la creación de un grupo intersectorial para la defensa jurídica del Estado en casos de terrorismo.
El problema nace históricamente de la raíz de malversación de los derechos humanos: “La universalidad liberal de los derechos humanos frente a la relativización de soberanía de los Estados”, una tendencia globalista que se agarró mañosamente del liberalismo, sin mediar que el liberalismo asume que el totalitario intolerante y asesino no debe vivir en sociedad, valga Popper para sustentarlo. Todos tienen derechos humanos, pero hay una razonabilidad.
Nicaragua, Venezuela, Cuba, Bolivia y algunas otras satrapías se han pasado por encima la Carta Democrática Interamericana o se marginaron de la Corte porque estorba, pero estorba más en una sociedad democrática que no viola sistemáticamente derechos humanos y que es acechada por los “malos” y luego por la propia Corte. “Que si Castillo se quedaba y violaba derechos humanos…”, lo hacen sus amigos presidentes, ¿y la Corte?
Ministro Otárola, bien el grupo de defensa jurídica, pero también una legislación antiterrorista más completa, moderna y rigurosa, vaya por un Anteproyecto de expertos, una que no decline para darles ventaja a los “malos” para que no vuelvan al Estado, como lo hicieron con Castillo.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.