De la Recesión a la Depresión hay un paso. Cuidado
“Si no fuera por la minería, probablemente estaríamos hablando de una gran recesión”, confiesa compungido el ministro de Economía, Alex Contreras (28/11/23), pero, soslaya que en el cálculo del PBI existe otro rubro, que como la minería, siempre crece: “otros servicios” (educación, alquileres, reparación de computadoras, casinos y otros), una suerte de cajón de sastre cuyo peso e importancia en la producción nacional, según el INEI, es más importante que el minero, aunque los minerales se estiman con la balanza y la concentración, mientras el crecimiento de “otros servicios” se calcula al “tun tun”. El alivio del lozano ingeniero resulta prematuro, ya que el boletín de diciembre de Avance Coyuntural del INEI, augura que la recesión continuará en este IV Trimestre del 2023 (IVT23), con lo que sumarían cinco trimestres continuos de caída del PBI “desestacionalizado” (que no registra eventos fortuitos como los climáticos), los que empezaron a desbarrancarse desde el IVT22. La mano viene “mala”, porque el efecto estadístico del ingreso al PBI de la Mina Quellaveco, que empezó a operar en septiembre del 2022, se ha diluido y se agrega que cae el consumo de cemento (oct. -8.68%), se congela el crecimiento del consumo de electricidad (nov. 0.33%), y para remate el consumo privado es negativo (-0.2), etc.
Si a este escenario se añade que el próximo verano viene acompañado del Fenómeno de El Niño, no hay que ser zahorí para adivinar que la llegada del otoño nos encontrará con seis trimestres de recesión a cuestas. Se califica como una depresión, Dios nos Salve, cuando la recesión se prolonga por tres años o por una caída del PBI que supere el 10%. En el Perú se produjo una recesión durante el período 1930-33, como coletazo de la Gran Depresión de EE.UU. (1929), conocida como la Crisis del 29. “Perú y otros países de la región tomaron medidas audaces, como por ejemplo, dejar de pagar la deuda externa (por un lapso de casi 20 años)… Se creó el BCR y se devaluó la libra peruana de oro (que era una moneda de oro), se cambió el billete y se adoptó el sol de oro, creándose además los bancos: Agrícola, Minero e Industrial para financiar a las empresas”, según refiere el economista Carlos Contreras. Los nubarrones se vislumbran como heraldos negros por el poniente… pero, por ahora: “son pocos, pero son”: los ingresos tributarios vienen cayendo -12%, la morosidad bancaria sigue subiendo (octubre 4.38%), se ha desplomado el desembolso de créditos a las empresas (Oct -8.10%), mientras que el margen bancario (spread) se sitúa en 9.02% (octubre), elevándose en un 50% (desde agosto del 2022), etc. El cuadro no es bueno.
Sin embargo, el directorio del BCR que preside Julio Velarde no tiene hasta la fecha los arrestos para rebajar sustantivamente la tasa de interés de referencia (TPM) que se encuentra en 7%, pese a la caída de la inflación anual (IPC) a 3.64%. En la reunión de diciembre, con toda seguridad la seguirán rebajando la TPM “pasito a paso”, como lo han hecho en tres oportunidades desde septiembre, sin reparar que con estos “pasitos” pusilánimes no consiguen deshielar la gélida política monetaria para contribuir a reactivar la economía, porque el costo del dinero sigue alto e incólume, como lo demuestra el último informe de Liquidez y Crédito de Octubre (BCR) .
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