De notables y oficialistas
Incluso antes de que se publicase la creación de la “Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política”, surgió todo tipo de críticas, desde que era una jugada del Ejecutivo para seguir apuntalando su proyecto de “democracia plebiscitaria” y populista puenteando al Congreso, hasta que esta no es más que otro mal ejemplo de la inútil “comisionitis” de Notables que nunca sirve para reformar o cambiar algo. Por otro lado, uno de los distinguidos líderes del grupo parlamentario supuestamente oficialista sale por la televisión y lanza risueñamente que son la ex bancada gobiernista o que estarían en camino de serlo si Palacio sigue sin darles la bola que merecen. Los dos temas debatibles denotan el exceso de sensibilidad y hasta de “psicoseo” (perdón por el barbarismo) en que vivimos.
La comisión de marras, dependiente de la Presidencia de la República, responde a la necesidad de profundizar el debate de las reformas indispensables para fortalecer la institucionalidad democrática y política en el país. Dicha comisión, que es meramente consultiva, deberá escuchar y analizar todas las opiniones para plasmar los anteproyectos normativos que elevará al jefe de Estado y que éste, de hacerlas suyas, someterá como iniciativas de ley ante el Poder Legislativo. Tomamos las palabras de quien preside la comisión: “La reforma no se hace contra el Congreso ni contra los partidos. No podemos dar la espalda a la que es la institución representativa… (y) (…) nuestras propuestas deben ser de posible realización”. La verdad, no vemos por qué tanto salto si el suelo está parejo.
Sobre si hay o no habrá bancada oficialista en el Parlamento la discusión tiene sus bemoles. La relación que hubo durante el período del presidente Kuczynski y la que hay hoy con el actual mandatario no es la misma, como tampoco lo es la coyuntura que tuvo que sufrir el primero con la que vive el segundo. Así que esta algo surrealista situación debe sincerarse y definirse cuanto antes porque se supone que estamos ante la continuación del mismo régimen elegido el 2016 (¿o no?).
Dos perogrulladas: No existe gobierno que se sostenga democráticamente sin bancada ni apoyo del Parlamento; ni padres o madres de la Patria que dejen de ser verdaderos oficialistas por simples pataletas o porque no les dan la pelota. Pónganse de acuerdo porque ya resulta ridículo y tedioso soportar por los medios de comunicación la cantaleta de los oficialistas que no saben si son o no. ¡AMÉN! ¡FELIZ AÑO 2019!