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De Watergate a Odebrecht: La prensa contra los poderes

Fecha Publicación: 25/01/2019 - 22:00
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Los medios de comunicación están continuamente presionados por los intereses económicos y políticos que de una u otra forma afectan y comprometen el ejercicio profesional de quienes trabajan en ellos, lo expresaba Darío Restrepo, reputado periodista y autor de Ética para periodistas.

Sin embargo añado a esa postura que también los medios de comunicación están sistemáticamente ‘presionados’ –ahora- por intereses mediáticos y por la invasiva e incontrolable ola de conjeturas en las redes sociales.

Todo ello trae a colación el reciente destape periodístico publicado en edición especial por el diario Expreso (martes 22 de enero de 2019), respecto del sonado Acuerdo entre Odebrecht y la Fiscalía.

Es utópico aseverar que se es imparcial en todo su extremo, pero, ello no exime que la empresa y el periodista sean correctamente profesionales y morales a la hora de realizar su función en absoluto compromiso con la sociedad a través de la verdad.

Los medios de comunicación siempre han sido criticados, cuestionados, acusados, señalados, vilipendiados, clausurados, boicoteados, y ahora, no es la excepción.

La arremetida perversa, inmoral y de baja calidad profesional contra esta casa editora y los periodistas de este tabloide refleja más que todo la desesperación de un sector que ha sido puesto en evidencia y que se siente descubierto en actos de real traición a los intereses nacionales. No llego –ni pretendo- señalar una traición a la patria.

El periodista informa con la verdad. Está al servicio del país y no al servicio del poder. No nos molesta si nos llaman “rastrilladores o removedores de basura” o Muckrakers como en 1906 llamaba Theodore Roosevelt a los periodistas que le resultaban incómodo y lo ponían al descubierto.

Y bien lo resaltaba Víctor Núñez en El País (2016), sobre aquellos periodistas de comienzos del siglo XX, que se dedicaron a denunciar públicamente la corrupción política, inmoralidades y trapos sucios de personajes e instituciones de la época.

También hubo grupos de poder en ese entonces que se dedicaron a acusar a los periodistas de “antipatriotas”. Al igual o similar actitud con lo que ocurre ahora en nuestro país, con pretender hacer creer que la publicación del Acuerdo de Odebrecht con la Fiscalía tiene que ver con una filtración irregular y boicoteadora.

Lo mismo decía Ronald L. Ziegler, secretario de prensa de Richard Nixon, cuando en 1972 Bernstein y Woodward empezaron a seguir el hilo de la madeja del escándalo político más grande de los Estados Unidos.

La ‘filtración’ que es la entrega de información reservada en el periodismo, no puede ser cuestionada ni menospreciada por nadie, en absoluto, menos por los hombres de prensa. Sin ella, no habría razón de ser del periodismo, sobre todo, del periodismo investigativo.

Recordemos que Mark Felt fue el principal filtrador o abastecedor de información para el caso Watergate. Por ello el origen de su alias “Garganta Profunda” (Deep Throat), sindicado como aquel personaje que le revelaba en la intimidad nocturna una serie de pormenores a Woodward sobre esta gran investigación.

Eran, pues, filtraciones de exquisitez suprema del diarismo en la capital estadounidense.  Quién sabe si Felt filtraba información por patriotismo o inclinado a algún juego no adecuado en la política norteamericana.

Más allá de ello, la verdad siempre estará en torno al interés público, no al interés de poder.

Claro que hay un precio que pagar, no obstante, el uso adecuado de los recursos periodísticos utilizados por Expreso reconfortan la labor de su plana periodística y consolida su periodismo valiente, intrépido, sagaz e independiente, a pesar de todo, a pesar de los poderes ocultos y visibles.

Decía Harry S. Truman: “Si no te gusta el calor, no ingreses a la cocina”. Frase acuñada que todo político o funcionario público (y periodista) debe tener muy en cuenta.

Mg. Herless Carrión Portilla (*)

(*) Periodista de investigación y docente universitario.