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Declaratoria a los peruanos

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Fecha Publicación: 31/10/2021 - 21:30
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Soy un peruano que vivió la época de la dictadura militar del general Juan Velasco Alvarado, la vuelta a la democracia allá por 1980, la hiperinflación de 1985, los actos terroristas de los años 80 y 90, la “disolución” del Congreso de la República un 5 de abril de 1992; periodista desde hace más de 40 años, y no puedo aceptar, permitir y consentir que el esfuerzo y sacrificio de cada uno de nosotros, a punta de trabajo y esperanza puesta en Dios, se vaya al diablo.

Todo lo poco, mucho o nada que tenemos es la única herencia que podemos legar a nuestros hijos y nietos y ningún gobierno espurio, indocto tiene derecho de mermar, confiscar, estatizar o masificar lo construido por nosotros; en poco más de cien días se han apoderado del país, gracias al Jurado Nacional de Elecciones (JNE) en contubernio con la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) y una prensa genuflexa, vendida y prostituta, que hizo campaña por no un partido político, sino por una organización criminal, como ha quedado demostrado ante el Ministerio Público.

De otra parte tenemos un Congreso de la República de pusilánimes, inexpertos y aventureros que son tan “ingenuos”, que van a sesionar en un pleno a Cajamarca, tierra del inquilino de Palacio de Gobierno, despilfarrando el dinero inútilmente.

Un Parlamento que se olvida de sus preceptos constitucionales, donde no tienen el coraje y la valentía de utilizar las herramientas constitucionales y que las normas jurídicas les asiste.

Por un lado, tenemos un Poder Ejecutivo de indoctos y por otro lado un Poder Legislativo de aventureros y neófitos en hermenéutica parlamentaria y que desconocen el significado de Bien Común.

Solo nos queda a nosotros, como sociedad civil, defender los sagrados intereses de nuestra Patria, tenemos que ser esa bandera que tiene que flamear con hombría y coraje, asentada en la Ley de leyes, en la libertad como necesidad jurídica, en la independencia como bastión, pero sobre todo en el amor al Perú, nuestra Patria.

En este Congreso de la República no se puede confiar un ápice, el cual ha sido copado por gente incapaz, inexperta mamando de la teta del Estado, donde la experiencia académica y/o profesional no cuenta, igual que en el Poder Ejecutivo.

¿Para eso querían ser congresistas? ¿Dónde quedaron las promesas de luchar contra la corrupción, de la defensa de la constitucionalidad?

Hagamos revivir la memoria de Bolognesi y Grau, no tenemos nada que perder…, es mucho más digno y decente morir con la frente en alto y luchando lo que todo demócrata debe y tiene que hacer, honrar al Perú y defenderla ante el avasallamiento de un gobierno que con malas artes se ha apoderado del país y no lo hago en busca de un cargo de elección popular, lo hago por algo que pocos conocen que se llama decencia política sin ningún otro interés, porque gracias a Dios no lo necesito.

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