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Defendamos el sistema democrático

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Fecha Publicación: 12/02/2022 - 23:00
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Recientemente, un connotado constitucionalista criticaba, desde un punto obviamente purista, el proyecto de reforma del artículo 130 de la Carta recientemente aprobado por la Comisión de Constitución del Congreso, para evitar el requisito del voto de confianza cada vez que asista al Legislativo un nuevo gabinete ministerial pidiendo formalizar su investidura. La votación fue de cinco votos a favor y cuatro en contra, con la ausencia de un congresista. De aprobar el pleno dicha moción, en adelante el citado artículo de la Constitución quedaría redactado así: “Dentro de los 30 días de haber asumido sus funciones, el presidente del Consejo concurre al Congreso, en compañía de los demás ministros, para exponer y debatir la política general de gobierno y las principales medidas que requiere su gestión. La exposición no da lugar a voto de confianza”.

El mencionado constitucionalista sostiene que el previo voto de confianza que solicita el flamante gabinete forma parte del juego democrático que contempla la Carta del 93 y, por tanto, debe prevalecer. A nuestro criterio, esta opinión podría tomarse en cuenta para algún debate siempre que, en ese momento, el país estuviese viviendo una etapa democrática. ¡Desafortunadamente no lo está! ¡Estamos atravesando por un precipicio en plena nebulosa, camino a una dictadura! En consecuencia, no debemos ni tampoco queremos seguir permitiendo que un gobierno comunista/senderista -como el que lleva de mascarón de proa a Pedro Castillo- siga manoseando al sistema democrático cual herramienta pervertida para, precisamente, destripar nuestra democracia y consolidar un régimen totalitario similar al cubano o venezolano. ¡De aquello el Perú no volvería a surgir por décadas, si es que algún día consiguese liberarse del comunismo! ¡Ya basta de continuar concediéndole espacios democráticos a la izquierda extremista, para que los use como bumerán antidemocrático tal cual hiciera el comunismo, con superlativa inteligencia, para capitalizar su resurgimiento tras la caída de la URSS. Y exactamente eso mismo aplicó el comunismo/senderismo en el Perú, para resurgir tras la derrota cívico-militar que le infigiera la nación después de 25 años de sanguinarios ataques a la democracia perpetrados por sendero y mrta, con el resultado de decenas de miles de muertes y una masiva destrucción de la propiedad, tanto privada como pública.

El impresentable Héctor Valer desnudó la estrategia del régimen comunista/senderista que preside el aún presidente Pedro Castillo, revelando que se inmolaría acudiendo al Congreso para exigir el voto de confianza, como “bala de plata” para que, a renglón seguido, Castillo proponga otro gabinete, peor o similar al suyo, y ejerza aquella boba licencia constitucional que tras dos seguidas denegatorias de confianza, permite cerrar el Legislativo. Y en su caso gobernar autocráticamente. ¡El Perú no da más! Sabemos que el comunismo intenta destruir el Estado para erigir una “nueva sociedad igualitaria y plurinacional”. También conocemos que Castillo y su banda de atrabiliarios procuran utilizar a la democracia como cochebomba para autodestruirla, y eliminar las libertades personales, económicas y sociales que garantiza la Carta del 93, convirtiéndonos en nación comunista. ¡El Pleno debe aprobar la modificación del artículo 130 de la Carta!

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