Defensa de la meritocracia
El Perú entero exhorta a los congresistas de la República a una profunda reflexión porque la educación es un tema de interés nacional. No es posible ser indiferente ante una reciente decisión tomada por el Poder Legislativo. Nuestra Patria necesita que todos seamos responsables y demostremos a la ciudadanía que realmente estamos trabajando por el bienestar común.
El proyecto de ley N°1587 aprobado por el Congreso para nombrar automáticamente a docentes con el único requisito de tener tres años en situación de contratado, sin evaluación alguna, no hace otra cosa que acabar con el principio de meritocracia y poner fin a la carrera pública magisterial que tanto esfuerzo ha costado consolidar en el país.
Los congresistas que votaron por este proyecto de ley no han considerado que la educación transforma vidas y es la única forma de construir la paz, erradicar la pobreza e impulsar el desarrollo sostenible. Para ello necesitamos a los mejores profesores, aquellos que se esfuerzan cada día por potenciar sus capacidades y que tienen conciencia de la importancia de su labor. Estos profesores, con mucho esfuerzo, van logrando ascensos desde que ingresan a la carrera pública magisterial, en base a su capacidad profesional y su permanente actualización. Con esa ley, todo eso se viene abajo.
Es posible que los congresistas que votaron a favor de la referida ley lo hayan hecho con buena voluntad, pero no han pensado en las consecuencias negativas que implica y por esa razón es que les pedimos reflexión y enmienda para dejar sin efecto ese despropósito, por el bien del país.
Señores legisladores, la educación es una de las herramientas más potentes para sacar de la pobreza a los niños y adultos marginados. Es la inversión más sostenible y de gran proyección al futuro, porque el Perú solo podrá alcanzar el desarrollo y el progreso con nuevas generaciones educadas con una cultura y ética del esfuerzo permanente y de reconocimiento al mérito.
El fundamento de una educación transformadora son los docentes y por eso siempre he considerado que las mejores maestras y maestros deben ser reconocidos y bien remunerados. En mi labor como ministro cumplí con los profesores, siempre con el respeto que merecen los buenos docentes.
Alentar, tolerar o permitir que deficientes profesores ingresen, permanezcan o sean nombrados en el magisterio no sólo es una irresponsabilidad sino un crimen contra la niñez y juventud. El Perú ha tenido la desgracia de tener como jefe de Estado a un maestro rural que era la negación de la meritocracia y su ignorancia aún nos avergüenza ante el mundo. Eso no debe repetirse jamás.
Mejorar la calidad de la educación en el país es un tema que debe unirnos porque es de interés nacional. Todos los partidos y movimientos políticos deben tener como prioridad este objetivo. La meritocracia no admite discusión, todos debemos llegar a un acuerdo para defender su vigencia.
Así, con que moral podríamos exigir evaluaciones a los escolares, ellos podrían pedir los mismos beneficios y pasar de año en forma automática. El Perú no debe rezagarse en el mundo y tomar lo mejor de los avances en tecnología y metodologías educativas para formar a los niños y jóvenes que en un futuro cercano conducirán el destino del país.
El Congreso debe ser el recinto en el que definan las políticas que nos lleven a tener una educación de calidad. Y eso jamás se conseguirá con proyectos como el que han aprobado la semana pasada y que implica un retroceso de décadas en el camino a transformar nuestro sistema educativo. Aún están a tiempo a enmendarse y no pasar a la historia como el Congreso que asesinó a la meritocracia en el Perú.
No hay espectáculo más terrible que la ignorancia en acción. Esa es mi forma de pensar, aunque decirlo sea políticamente incorrecto y escandalice a algunos adefesios, con el perdón de los adefesios.
Por Óscar Becerra Tresierra
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