Defensores de delincuentes
Los defensores de los desechos han saltado hasta el techo de la indignación porque, en los últimos días, se puso en agenda la posibilidad de que el país adopte un plan similar al del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, para enfrentar a la criminalidad organizada. Los caviares, siempre en el lado correcto de la historia (?), rechazaron esta alternativa, argumentado que en el Perú se viva una realidad distinta a la de la nación centroamericana, pese que, a diario, vemos cómo la delincuencia avanza sin que nadie ponga coto. Incluso, una caviarísima exministra de Justicia mostró un cuadro donde supuestamente había aumentado el número de salvadoreños que fueron víctimas de un delito.
Lo real, sin embargo, es que, desde que Bukele les declaró la guerra a las bandas criminales (maras), los homicidios se ubican en cero por más de 400 días. Antes, era peligrosísimo andar por el centro de San Salvador, capital de El Salvador, pero, ahora que los pandilleros están presos, los ciudadanos pueden caminar con tranquilidad. Hay varios videos de youtubers escépticos (ver el canal de Oscar Alejandro) que vieron con sus propios ojos el éxito del plan Bukele.
Por su excelente trabajo en contra de la delincuencia, Nayib Bukele tiene más del 90% de aprobación, por lo que su relección está asegurada. No quiero meterme en el terreno farragoso de su postulación gracias a un fallo judicial, a pesar de que la Constitución salvadoreña indica que el mandato presidencial es de solo 5 años, ni tampoco me interesa que Bukele sea un hombre de izquierda. Lo que importa aquí es buscar soluciones para que los crímenes se reduzcan en el Perú, y lo que ocurre en El Salvador se puede imitar sin ningún problema.
Para ello, se necesita un Gobierno fuerte –no como el de Dina Boluarte, quien ya se acobardó ante las críticas de los oenegeros– que desoiga a los izquierdosos organismos internacionales y aplique toda la fuerza que la ley otorga en contra de los criminales.
Los delincuentes deberían, por ejemplo, pagar con trabajo por su estadía en prisión, la cual no debería ser para nada placentera. El que no paga, no come, así de simple. También se tendría que implementar el uso de grilletes electrónicos para deshacinar los centros penitenciarios (hay mucho deudor alimentario que vive de gratis en las cárceles), y construir más de estos. A su vez, la justicia debería actuar de manera sumarísima en casos de flagrancia; mientras que la Policía Nacional, bajo el amparo de un estado de emergencia a nivel nacional, tendría que poder irrumpir sin problemas en los bunkers para arrestar a todos los malhechores. Y si estos responden a balazos, deberían recibir su propia medicina: quien a hierro mata, a hierro muere.
Pero la Administración de Boluarte tiene solo ideas necias para combatir la criminalidad organizada, como esa de crear una “Policía” paralela, que estaría conformada con niñatos poco preparados. Igual de torpe es la propuesta de la comuna capitalina para municipalizar la Policía. Ante tanta estupidez, es inminente que un candidato que se autoproclame como el “Bukele peruano” liderará la intención de voto en las próximas elecciones, y es bastante probable que este gane.
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