¡Demanden a Vela y Pérez!

Ayer EXPRESO preguntaba: “¿Dónde están los fiscaletes Rafael Vela y Domingo Pérez? ¡Se han esfumado! No se les ha visto ni en la ‘pijamada’ de Delia, la Espinoza. Vela dice que tiene un tremendo conflicto de intereses con Patricia Benavides. Ya no puede conciliar ni el sueño”, dando cuenta de que una encuesta publicada por este periódico en la red social X revelaba que “el 94.1 % de usuarios considera que el equipo de fiscales del caso Lava Jato debe ser reconfigurado. Solamente el 5.9 % apoyó mantener al grupo actual que investiga el escándalo Odebrecht”.
La verdad es que ambos faranduleros, mal llamados fiscales, se ganaron a pulso la repulsa de la mayoría de la sociedad peruana. ¿La razón? Su delincuencial inconducta de ponerse al servicio de la corruptora Odebrecht y en contra del interés de treinta y tres millones de peruanos, severamente perjudicados por el robo de al menos US$ 10,000’000,000 desatado por la contratista brasileña, en connivencia con sus socios locales, encabezados por Graña y Montero.
Repugnancia no solo basada en percepción, sino en hechos. Porque, tras siete años de supuesta investigación pagada por la ciudadanía —a un exageradísimo costo, según dieron cuenta estos fiscaletes—, ambos esquilmadores del pueblo presentaron un “informe” digno de algún estudiante de tercero de media, preparado a la medida de Odebrecht para transformarse en cómplices de esta empresa estafadora, suscribiendo ambos un “pacto secreto” con los representantes de Odebrecht para reducir a cero el brutal perjuicio al Perú perpetrado por dicha contratista; y, asimismo, pactaron eliminar TODO reclamo carcelario a la gente de Odebrecht, a cambio de que esta proporcione los “codinomes” (alias) de TODOS sus funcionarios que participaron en la gran estafa al Perú, tal cual aparecían registrados en los archivos electrónicos que guarda —o guardaba— Odebrecht en un banco suizo.
Vela Barba y Pérez Gómez procedieron urgentemente a firmar esta infame “acta de rendición”, elevándola al Poder Judicial para que convalide el pacto. Sin embargo, a la hora undécima, Odebrecht no lo suscribió, aduciendo que los archivos electrónicos —¡guardados en un banco suizo!— habían sido “alterados o robados”. De esa forma, TODOS los accionistas, ejecutivos, operadores, etc., de Odebrecht quedaron libres de polvo y paja de por vida. ¡Y el Perú se quedó sin cobrar a Odebrecht aquellos miles de millones de dólares que le debía!
¿Qué repartija pudo haberse acordado entre ambas partes en ese “pacto secreto”? Misterio del Orinoco. El hecho es que Vela Barba y Pérez Gómez, otrora endiosados como héroes por El Comercio y demás medios de la corrupción, hoy son unos vulgares apestosos para la sociedad peruana, que a su vez demanda que el Estado los denuncie para conocerse la verdad de esta monumental traición a la patria, perpetrada por ambos indeseables sujetos; además de recuperar el monto robado al país y castigar ejemplarmente a los malhechores.
El Perú no debe claudicar ni rendirse ante tipejos como Vela y Pérez y demás cómplices de la mafia caviar que mantienen secuestrado nuestro sistema de justicia.
¡Demanda penal inmediata contra Vela y Pérez!

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