Derecho a la paz
Estamos rodeados de conflictos y tensiones, por lo que recordar el derecho a la paz es un buen punto de reflexión y esperanza para una sociedad que pretende un orden basado en la justicia.
Después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el derecho a la paz es plasmado en documentos internacionales que buscan consolidar un orden mundial basado en la cooperación y la armonía. La Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, adoptada en 1948, establece en su artículo 3 que “todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”, sentando las bases para la preservación de la paz como un derecho humano fundamental.
En la década de 1980, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el “Decenio Internacional para la Eliminación del Colonialismo”, enfocándose en la promoción de la paz y la seguridad. Posteriormente, en 1984, se adoptó la “Declaración sobre el Derecho de los Pueblos a la Paz”, reafirmando la importancia de la paz como un derecho inalienable de todos los pueblos.
El derecho a la paz es una noción amplia que abarca la prevención de conflictos, la promoción de la justicia social y la cooperación internacional (Galtung, 1985). La UNESCO, en su constitución adoptada en 1945, establece que “puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz”. Esta perspectiva subraya la importancia de la educación y la cultura en la construcción de la paz duradera.
La Iglesia Católica ha abordado la cuestión del derecho a la paz a través de encíclicas: “Pacem in Terris” (Papa Juan XXIII, 1963) aboga por la paz como un derecho universal basado en la verdad, la justicia, la solidaridad y la libertad; “Fratelli Tutti” (Papa Francisco, 2020) destaca la necesidad de construir puentes en lugar de muros, enfatizando la fraternidad y la amistad social como fundamentos esenciales para la paz.
El derecho a la paz se presenta como una necesidad urgente, permanente, y un compromiso colectivo. Más allá de las fronteras y las diferencias, la paz emerge como un derecho inalienable que debe ser salvaguardado y promovido por todos los individuos y naciones.
La paz es más que un derecho. Es un regalo que ofrecemos y recibimos en igual medida. En este viaje compartido hacia un futuro pacífico, recordemos siempre que, juntos, somos capaces de construir un mundo donde la paz sea la fuerza que guía nuestro camino y el legado que dejamos a las generaciones venideras.
¡Feliz Noche Buena, Noche de Paz!
Abogado, docente universitario,
consultor legal
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