Desafío a la vida
La vida y el tiempo dan oportunidades al hombre. En el transcurrir del tiempo en la vida constantemente afrontamos desafíos. Lo vivido hoy es una experiencia para el mañana. Las desgracias que ahora sufrimos son una evidencia que no las hemos previsto. Y más aprendemos al enfrentarnos a los grandes problemas que sobrevienen al hombre. Hasta los hierros nos enseñan lo que debemos superar hoy y mañana. Lo que ahora necesitamos y no lo previmos ayer nos causan dolor pero nos dejan experiencia para subsanarlo y prevenir el futuro.
En este momento la humanidad vive un crucial momento. El dolor por la pérdida de humanos que no supieron cuidar su vida, no solamente nos acongoja sino que nos está señalando los errores de no prevenir los riesgos que desafían la vida. Nos damos cuenta que no hemos estado preparados para la inesperada pandemia del Covid-19. Más grave es que sufriendo el peligro del coronavirus cientos y miles de personas consciente o inconscientemente no obedecen las disposiciones de cuidamos para no contagiarse y no expandir el virus. Diariamente injustificadamente invaden determinados lugares de la ciudad y hay quienes se enfrentan a las autoridades. Nos preguntarnos: ¿es ignorancia o tozudez?
Lo que experimentamos es evidencia que nuestros gobernantes e instituciones cuya responsabilidad es salvaguardar la salud de la población, no han estado preparadas para afrontar la pandemia y también les ha faltado educar permanentemente a las masas para acatar disposiciones que son para cuidarlas y protegerlas. Nos falta educación desde la infancia, la escolaridad y los estamentos e instituciones de la sociedad. Las hecatombes no avisan, simplemente llegan y a su paso arrasan a los pobladores. Muchas veces en nuestro país hemos experimentado aluviones, huaicos, nevadas, sismos, incendios, epidemias, etc. ¡Y reclamamos ayuda! pero al año siguiente volvemos a descuidarnos. No estamos aprendiendo y nuestras autoridades responsables, no persisten en la previsión y educar sobre la obediencia colectiva la autodisciplina y la organización.
Esta epidemia del coronavirus es un desafío para el hombre. Reflexionemos en que hemos fallado colectivamente, que es no que nos faltó prever, qué dejamos de hacer y de tener lo suficiente para afrontar un imprevisto. Como hemos educado a la población para que, primero, esté permanentemente prevenida, luego para organizarse y obedecer las disposiciones de cuidado personal y colectivo. El objeto es que podamos afrontar –como en este caso– epidemias y otras desgracias que vienen de la naturaleza.
Tengamos el valor de aprender de este desafío.