Desfile Fiestas Patrias, protocolo para perros PNP y Chato
Hemos visto en nuestras Fiestas Patrias, un desfile muy carismático, empático, con animales que obedecen las instrucciones de sus entrenadores, y eso es genial, sin embargo, siempre existirá la pregunta, ¿cómo gestionan ese entrenamiento? ¿Acaso los maltratan? Ha habido muchos casos de actos de crueldad a nivel Fuerzas Armadas, pero siempre existe el encubrimiento, siendo el resultado que vemos al animal realizar los malabares indicados, pero sin saber cómo llegaron a aprenderlos. Esperemos que estos animales sean bien tratados por sus entrenadores, ya que, a la fecha, la sociedad se levanta en masas gigantes ante casos de maltrato animal. EL ORGULLO Y EL ADIÓS: Chato, el famoso perro policía de la División de Operaciones Especiales (DINOES) de la PNP, desfiló por última vez en la Gran Parada y Desfile Militar del 29 de julio, en el marco de las celebraciones por el 204° aniversario de la Independencia del Perú. Con 10 años de edad, este ser sintiente de élite, clausura su carrera operativa convertido en un ícono institucional y en el corazón y mente de la sociedad civil. La vida de CHATO, cambió, pues dejó las calles cuando un suboficial de la PNP lo acogió. Tras su ADOPCIÓN Y NO DONACIÓN -ASÍ LO REFIRIÓ SU GUÍA-, esto indica que aún nos falta un largo camino desde la terminología hasta educación continua en Derecho Animal y Etología para la PNP. CHATO, inició su nuevo empleo, mediante el entrenamiento, siendo preparado para afrontar situaciones de alta exigencia, convirtiéndose en uno de los pocos canes del país con formación en salto en paracaídas. Además, alumno de cuadro de honor pues recibió los cursos de Operaciones Especiales (COPES) y Control de Disturbios (CODIR), exigentes capacitaciones reservadas para miembros selectos de las unidades especiales y todos aprobados gracias a la perseverancia y empatía de un animal que ha sentido agradecimiento de tener un hogar, pero todos envejecemos y ya es momento que CHATO, que ya es un perro geronte, descanse, trabajó duro y todo el Perú se lo agradece. El entrenamiento básico e inicial suele durar entre 8 meses y 1 año, dependiendo de la función (detección de explosivos, narcóticos, rescate). Se utilizan aromas sintéticos controlados, en vez de sustancias reales, para enseñar detección sin riesgos tóxicos para el animal. En bases policiales y militares, el entrenamiento se da con pseudodrogas seguras, en sesiones periódicas con instructores capacitados, y descanso adecuado, zonas controladas y atención veterinaria frecuente. Métodos recomendados: refuerzo positivo y LIMA. Se recomienda el uso de técnicas de refuerzo positivo (comida, caricias, juegos) que refuerzan las conductas deseadas sin usar castigos. El enfoque LIMA (Least Intrusive, Minimally Aversive), evitar castigos o herramientas desagradables, enfocándose en estrategias amigables y respetuosas, entrenadores en plataformas profesionales (One Dog, VIP Dogs) en Lima usan métodos éticos, basados en comportamiento cognitivo y emocional, sin castigos ni coacción, la instrucción especializada: Exposición progresiva a olores o escenarios operativos simulados, utilizando materiales seguros y progresivos. PROTOCOLO: Evaluación veterinaria y emocional del perro, socialización controlada con personas, otros perros y entornos diversos. Refuerzo positivo, con sesiones cortas, frecuentes y variadas para mantener el interés. Supervisión constante, Involucrar al guía humano en cada etapa del entrenamiento, con retroalimentación y tareas semanales, Descanso y bienestar: Alternar jornadas de trabajo con días de recuperación, en instalaciones adecuadas, con higiene, sombra, descanso y alimentación óptima.
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