Destrozan fondos de previsión para la vejez
Insólitamente y cerrando la mirada a la vejez de los trabajadores, tanto el Congreso como el Presidente del país, con afanes populistas, han expedido normas para un nuevo retiro de hasta S/18,400 de sus fondos en las AFP (Ley 31478 del 20/05/2022) y posibilitando que retiren hasta el 100% de su CTS (Ley N° 31480 del 20/05/2022). El derecho jubilatorio permite a los trabajadores que han llegado a los 65 años las mujeres y 70 los varones solventar su mantenimiento en su ancianidad.
A los 70 años cesarían en su trabajo asalariado. La pensión jubilatoria se constituye aportando al Sistema Nacional de Pensiones el 13% de la remuneración mensual del trabajador durante su prestación de servicios a un empleador. El monto de su pensión está determinado con la cantidad acumulada durante su prestación de servicios más los intereses de ese capital: por ende, si su fondo se empequeñece su pensión será la “mínima”.
La CTS es derecho del trabajador. Cada año de servicios se le abona obligatoriamente una remuneración mensual. La Ley establece que tiene la calidad de beneficio social de previsión de las contingencias que origina el cese en el trabajo y de promoción del trabajador y su familia. Cubrirá sus necesidades mientras se reincorpora al mercado laboral. Nace con la Ley N° 4916 en 1924 para los empleados y después se extendió a los obreros. Se cobraba al término de la relación laboral con su empleador.
Podía usarlo para adquirir su vivienda. Los “políticos” explotan que la gente, sin razonar en las consecuencias, se apresure “a tener dinero en sus manos” y gastarlos. Ahora retirarán el total de su CTS y de sus aportes a las AFP hasta S/ 18,400. Si son jóvenes lograrán restablecer en algo esos fondos dinerarios.
Pero si frisan más de los cincuenta años, no podrán restituir esos “capitales” y solamente tendrán la CTS de sus últimos años de asalariados y, además, su pensión jubilatoria será exigua. Entonces los ancianos vivirán en la pobreza sin poder cubrir sus necesidades vitales. El drama peruano de los viejos será incontenible.
Los políticos ni siquiera harán un remordimiento de conciencia. EXPRESO y otras voces han alertado de esas desgracias para los ancianos, pero a los congresistas y al Presidente no les han importado nada la desgracia futura de los trabajadores. A los políticos les interesa más la demagogia. Son autores de la futura desgracia de los ancianos peruanos. Ahora solamente queda invocar que los trabajadores razonen en su futuro y que hagan oídos sordos a demagogia política.
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