¡Di lo que sientas!

Una de las formas en que el ser humano se sienta bien, es decir lo que sienta, porque esa actitud le permite liberarse de los buenos momentos y difíciles y encontrar la fórmula de cómo resolverlos, es decir, hablarlos es el primer paso, resolverlos el segundo paso, y el tercer paso es sentirse bien con uno mismo y con las personas con las que se interrelaciona.

Qué sucede cuando no dices las cosas que sientes en tu corazón, pensamiento, mente, te reprimes, no lo dices, por miedo, temor, de no afrontar las cosas como deben ser, estás con la idea todo el día, sin poder descansar, sin concentrarte en las cosas, la persona se vuelve susceptible, no tienes un buen día, que afecta inclusive la mente, el cuerpo y el espíritu y esta situación nadie debe permitirla, porque serás esclavo de los pensamientos que te atormenta, de la angustia y la desesperación, por eso di lo que sientas.

Este sentir de decir las cosas y no callar, vamos a llevarlo al plano psicológico como el inicio de solución de conflictos, que toda persona puede pasar y busca darle solución, la pregunta que sale a la luz, es ¿Cuándo las personas acuden a un psiquiatra, psicólogo y consejero espiritual? La respuesta es objetiva, cuando existe problemas y las personas no lo pueden manejar; y ¿cuáles pueden ser estos problemas?, depresión, ansiedad, angustia, falta de sueño, apetito, aislamiento, le dificulta relacionarse con otras personas, dependencia emocional, encontrar herramientas como conducir mejor las relaciones de pareja y con los hijos, más aún, cuando están en la adolescencia, consumo de alcohol, drogas, juegos, no saber elegir las amistades, malas juntas, problemas de identidad de género, infidelidad, problemas laborales, acoso sexual, vacíos existenciales, falta de afecto, baja autoestima, victimización, manipulación, las personas van creando los problemas sin existir, celos, envidia, engaño, traición, estafa, celos entre los padres, hijos, violencia familiar, sexual, tocamientos, pedofilia, apropiarse de lo ajeno, no respetar a las personas, conflicto con la autoridad, impotencia sexual, sentimientos de culpa, falta de aceptación de uno mismo y de los demás, falta de autenticidad, problemas religiosos, de fe, falta de adaptación en los diferentes grupos humanos del país y del extranjero.

En fin, podríamos continuar con una lista de casos existenciales, que requieren asistencia especializada, pero hay que resaltar que el primer paso, importante, decisivo, es la voluntad de querer cambiar y sujetarse a la psicoterapia individual, grupo, psicodrama, técnicas de relajamiento, musicoterapia, deporte, lecturas de autoayuda, conversaciones constructivas, meditación.

Qué se trabaja en psicoterapia con el paciente: en primer lugar, hay que establecer un vínculo de empatía con el terapeuta, para lograr confianza y buena apertura en la entrevista y producir en el paciente, que el profesional que está al frente lo va ayudar a solucionar sus dudas para una mejor convivencia consigo mismo y los demás. Este nuevo cambio de actitud no es de la noche a la mañana, hay que tener paciencia, perseverancia y, al término de la consulta, el paciente debe retirarse con una nueva perspectiva de vida, que lo moldea, para adaptarse a las diferentes situaciones que se le presenta y saber manejar los conflictos.

Podemos graficar el caso de una persona que tiene problemas con el alcohol, debe aceptar que le falta la voluntad de decir “no”, sujetarse a un programa de recuperación, físico, mental y espiritual.

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