Día de la Defensa Nacional

Días atrás circuló en redes la falsa noticia de compras de aviones para la FAP e inmediatamente surgieron los pros y contras, como sucede cuando el tema concentra la atención de grandes y chicos, de expertos y amateurs, de políticos duchos y también de catilinas.

Entre los opositores a esta supuesta compra hubo exfuncionarios de alto rango del Estado, elegidos o designados, quienes por lo que fueron independientemente de lo que hicieron deberían ser considerarse hombres de Estado.

Tres de los penosos argumentos fueron: “comprar aviones cuando millones de peruanos no tienen agua potable, es inmoral…” o “para que comprar aviones que se oxidarán pues nunca los van a usar…” o “ las compras militares siempre son corruptas…”.

El falso gambito “si compras equipos militares dejarás a los pobres sin agua” además de truculento, confronta a las FF.AA. con la población más pobre. Si hay millones de peruanos sin agua es simplemente porque los gobernantes de turno se robaron los presupuestos desde palacio de gobierno o desde la alcaldía del distrito más alejado. Esta es la verdad de la milanesa.

Otro argumento falaz y mal intencionado es que las compras militares siempre son corruptas. Mírense en el espejo quienes juzgan con tal ligereza y pregúntense si sobre simplificar le hace bien a la verdad y a la patria. Las FFAA son la sociedad en armas y no una isla de corrupción rodeada de altos funcionarios y políticos vestidos de blanco hasta el alma; son solo la prolongación de una sociedad donde el virus de la corrupción carcome diariamente la médula del progreso.

Que la extrema izquierda odie a las FFAA es coherente con su ideología desfasada y confusa en plena era del conocimiento. Pero que empresarios, exfuncionarios, viejos políticos con cicatrices en la gestión del Estado lo insinúen, es preocupante.

Benavides en la década de 1930 dotó de equipos a las FFAA y el éxito de Zarumilla en 1941 da cuenta del acierto. Más tarde en 1981ante la infiltración desde el norte, los equipos adquiridos en la década anterior permitieron el éxito en falso Paquisha.

En 1995, en el Cenepa, se confrontó no sólo al enemigo sino a nuestras propias adversidades. Equipos obsoletos, material desgastado por la guerra contra el terrorismo comunista, problemas múltiples pero en el heroísmo de los herederos de Bolognesi cupo el Perú entero. Se fue a la guerra con lo que había no con lo que se debía, mientras se exigían victorias rápidas.

El Perú es un país marítimo, cordillerano, amazónico, antártico, con más de 7 mil kilómetros de fronteras, con riquezas mineras, agroindustriales, pesqueras, turísticas. También somos un país sísmico, vulnerable al fenómeno del Niño y rodeado de países gobernados por la “maleantería” del siglo XXI. Y tenemos debilidades como la pobre conciencia histórica de lo que fuimos y lo que perdimos así como una escasa cultura de defensa de las eélites políticas.

En el día de la Defensa Nacional hagamos votos por un Perú unido a sus FFAA y recordemos a uno de los grandes cancilleres del Reino Unido, Lord Palmerston cuando afirmó que los Estados no tienen amigos ni enemigos permanentes, los Estados tienen intereses permanentes y es una obligación vigilarlos. Si entendemos el mundo como contexto y la humanidad como fenómeno las guerras no desaparecen, solo evolucionan por lo tanto la defensa nacional tiene que ser permanente.

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