¿Día del Niño?
La Asamblea General de las Naciones Unidas se reunió para reafirmar los derechos universales de la niñez y que en cada país se consagre dicha unión y fraternidad mediante actividades de integración entre los más pequeños.
La Asamblea, congregada en 1952, planteó que debía haber un día especial. Fue en 1953 cuando 40 países decidieron unirse a la fiesta y celebrarlo el tercer domingo de agosto.
Pronto, las Naciones Unidas se sumó a la idea y se decretó por unanimidad que debía establecerse una fecha para honrar y poner énfasis en las necesidades de los niños.
En el Perú, se dio la Ley No. 27666 de fecha 25 de enero de 2002 y el Artículo 2do. señala “En el Congreso, en la primera sesión ordinaria del Congreso de la segunda semana de abril de cada año, el presidente del Consejo de Ministros, en representación del gobierno, expondrá ante el Congreso de la República los lineamientos de política y metas del Plan Nacional de medidas administrativas, normativas y de cualquier otra índole que se aplicarán para garantizar que los derechos enunciados en la Convención de los Derechos del Niño del 20 de noviembre de 1989 se aplicarán plena y progresivamente, en favor de todos los menores que habitan en el Perú, sin distinción alguna, independientemente de su raza, color, sexo, idioma, su origen nacional étnico o social, posición económica, impedimentos físicos, nacimiento o cualquier otra condición del niño, sus padres o de sus representantes legales”, ley incumplida desde su dación.
Han pasado 18 años de aquella ley; sin embargo, el niño, ese ser indefenso que, pese a la responsabilidad familiar y al deber del Estado, sigue en cruel abandono y expuesto cada vez a mayores peligros, como la explotación comercial que se efectúa de menores de edad en trabajos inadecuados, el menor acceso de niños a los sistemas educativos, la TV basura que tanto afecta a los menores, la enfermiza imposición de la ideología de género, entre otros que vulneran la inocencia de los niños.
También en esto juega un papel importante la conducta ética de las personas. Es la norma superior del Derecho Natural la que ha de primar para la asistencia de los niños. Para ello es un deber ineludible implantar una nueva ética en favor de la infancia, garantizando la máxima prioridad para la infancia en la asignación de los recursos sociales, esta ética debe exigir que los niños sean los primeros en beneficiarse de los éxitos de la humanidad y los últimos en sufrir las consecuencias del fracaso.
Allí recién podremos celebrar el Día del Niño, antes no, ni siquiera existe una política nacional infantil y nuestros niños no merecen tanto desamparo por parte del Gobierno, del Congreso y de las entidades que dicen luchar por los más pequeños.
Que la inocencia y la sonrisa de los niños ablande el corazón y se les trate como realmente merecen, ese será nuestro mejor regalo.