Día Internacional de la Mujer
Esta conmemoración, del 8 de marzo, tiene su origen fuera del Perú. Recordemos que en el siglo XIX luchas obreras llevan al voto universal, y a la formación de los partidos políticos .a comienzos del siglo veinte, el año 1910, en Copenhague, se celebró una conferencia con cientos de participantes que buscaban un mundo mejor. Fue la activista alemana Clara Zetkin, quien propuso la fecha del 8 de marzo para la Jornada Internacional de la Mujer que celebramos desde entonces.
Zetki se convirtió en compañera de la insurrecta Rosa Luxemburgo, una polaca heroína en la Alemania comunista. Recuerdo que en 1975 cuando integraba la representación permanente del Perú ante las Naciones Unidas, se consagró la fecha a nivel internacional.
El siglo XXI se encamina a asumir todas las luchas previas para convertirse en la era de la realización universal de la igualdad, contra todas las formas de discriminación existentes dentro de cada nación y entre las naciones.
Hubo algunos progresos. Ahora nadie se asombra de que una mujer gobierne un país, o aspire a responsabilidades importantes. Así tenemos una mujer que lidera la Unión Europea. No hemos encontrado lo mismo en las Naciones Unidas o la Organización de Estados Americanos, o en las grandes potencias que se disputan el poder en el mundo.
No obstante, las mujeres siguen siendo mal tratadas en la conciencia colectiva. No solo por la cantidad de feminicidios. En la literatura tiene más éxito quien escribe sobre un comportamiento malo de una mujer, en la que aparecen la estafadora o la prostituta. Cuando en la narrativa de Isabel de los Mares, una peruana aparece como heroína universal, el libro tiene menos compradores. Lo sufro como autor de tres novelas históricas que promueven la mujer.
No es fácil escribir sobre lo que muchos ocultan. Los humanistas que apreciamos los valores de la solidaridad vemos con tristeza el espectáculo de un país que eligió a su gobernante que viene del pueblo, amenazado por las ambiciones de una minoría acostumbrada a ejercer el poder. Ese pueblo que la época de la Colonia le significó sometimiento, en tanto que, la República, engaño y corrupción. Según nos lo recuerdan existen solo en el Perú cincuenta mil procesos por casos de corrupción en el Estado. Es decir, muy pocos son publicitados. La discriminación se hace presente en cada ocasión, y va más allá de la que se ejerce contra la mujer. Las venas siguen abiertas en América Latina.
En el Perú las mujeres han alcanzado un marcado protagonismo en diversas actividades así como un notable compromiso social. En el Servicio Diplomático las mujeres han destacado muy notablemente, como embajadoras de excelencia o funcionarias de otras categorías asumiendo responsabilidades consulares u otras.
En el plano político sigue una lucha infatigable en la que se destacan encabezando el Poder Legislativo y el Poder Judicial. Es hora de que la jefatura del Estado recaiga sobre una peruana que muy bien puede personificar a la Nación. Somos un país en el que desde los albores de nuestra historia hubo mujeres que mostraron su gran valía para la Patria desde Isabel Barreto la navegante pasando por la Bastidas o la Bellido.
Hoy veo que hay en la política peruana mujeres que pareces reunir las dotes de las mencionadas a las que por la sigla de sus apellidos llamó las tres B de nuestra historia. En la actualidad y más aún en el encrespado panorama político es pertinente mencionar el nombre de la congresista Patricia Chirinos, quien por su estirpe de política con experiencia comunal muy cercana al pueblo reúne todo este legado de la mujer por la que el Perú y la comunidad internacional pueden sentirse identificados.
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