Día Internacional de lucha contra el Cáncer de mama
El 19 de octubre de cada año se conmemora el Día Internacional de la lucha contra el Cáncer de mama. Tiene por objetivo sensibilizar a la población en la importancia de la detección temprana, el diagnóstico oportuno y la gestión integral del cáncer de mama. Esto tiene una razón y es que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la mortalidad por cáncer de mama mostró pocos cambios entre los decenios de 1930 y de 1970, donde el tratamiento primario consistía solo en la intervención quirúrgica (mastectomía radical).
Las tasas de supervivencia comenzaron a mejorar en el decenio de 1990, cuando los países pusieron en marcha programas de detección precoz asociados a programas de tratamiento integrales.
Según la data de la OMS en 2020, en todo el mundo se diagnosticó cáncer de mama a 2,3 millones de mujeres, y 685 000 fallecieron por esa enfermedad. A fines del mismo año, 7,8 millones de mujeres a las que en los cinco años anteriores se les había diagnosticado cáncer de mama seguían con vida, lo que convierte a este cáncer en el de mayor prevalencia en el mundo. En el Perú en el 2020 tuvimos una prevalencia de 22486 casos, una incidencia de 6860 casos y una mortalidad de 1824 casos.
Es así que pertenecer al género femenino es el principal factor de riesgo en el caso del cáncer de mama ya que la mitad de casos corresponden a mujeres sin ningún factor de riesgo identificable, a excepción de ser mujer y tener más de 40 años. Sin embargo, no es exclusivo de las mujeres ya que también afecta entre el 0,5% y el 1% de los varones. Entre los factores de riesgo generales están el envejecimiento, la obesidad, el consumo de alcohol, los antecedentes familiares, la exposición a radiación, el historial reproductivo, el consumo de tabaco y el tratamiento hormonal posterior a la menopausia.
La detección precoz es fundamental porque la mayoría de las personas no tendrán síntomas en las fases iniciales, pero en fases más avanzadas puede presentar distintos síntomas como nódulos o engrosamiento en el seno; cambio de tamaño, forma o aspecto del seno; aparición de hoyuelos, enrojecimiento, grietas u otros cambios en la piel; cambio en el aspecto del pezón o la piel circundante (aréola); secreción de líquido anómalo o sanguinolento por el pezón.
El tratamiento depende del subtipo de cáncer y del grado de propagación desde el seno hacia los ganglios linfáticos (estadios II o III) u otras partes del cuerpo (estadio IV). Todos estos tratamientos son más eficaces cuando se inician lo antes posible, por eso priorice su salud y hágase un chequeo anual.
@sandrostapleton
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