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Día internacional para la abolición de la esclavitud

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Fecha Publicación: 01/12/2023 - 20:50
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Se cree erradamente que la esclavitud fue una realidad del pasado y es un error. Definiéndose como la incapacidad de la persona humana para poder decidir libre y voluntariamente sobre su propia persona y su destino, la esclavitud sigue presentándose en pleno siglo XXI y ese sí que es un drama para la sociedad internacional contemporánea. Por su complejidad de impacto, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, decidió conmemorar el Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud precisamente el 2 de diciembre de cada año, en recuerdo de que en esta fecha de 1949 fue aprobado el Convenio para la Represión de la Trata de Personas y la explotación en su diversidad de manifestaciones como la explotación sexual, el trabajo infantil, el matrimonio forzado y el reclutamiento de niños para llevarlos como escudos humanos o bala de cañón en los diversos conflictos armados que siguen sucediendo en el mundo como vemos en 2023. La esclavitud del siglo XXI se realiza mayoritariamente a grupos vulnerables como las mujeres y los menores de edad, los que son engañados –es un presupuesto fundamental para configurar el referido estado de esclavitud–, vendido, amenazados y bajo esta circunstancia sometidos a diversidad de situaciones de explotación donde la privación de la libertad es la característica fundamental.

Para las Naciones Unidas la esclavitud no es otra cosa que la trata de personas y ésta se ha constituido en una de las mayores amenazas en el mundo y la tragedia aumenta cuando se conoce de la alta rentabilidad que produce esta censurable actividad humana. Con lo anterior, la coacción, que es el uso de la fuerza, y la coerción, referida a la amenaza, son partes inseparables del signo distintivo que configura la esclavitud, a la que es sometida la persona humana cuya dignidad se ve penosamente degradada. Los Estados deberían decidir políticas públicas directas y profundas para combatir y erradicar la esclavitud. Es un deber político y social que exige política de Estado. En nuestro país hay que trabajar en una diversidad de ámbitos porque su aumento vertiginoso causa pavor a la comunidad nacional. No seamos reactivos frente a la esclavitud en el siglo XXI. Todos tenemos derecho a ser libres como el derecho que Segismundo invocó desde su recinto carcelario al mirar a la aves del campo con la libertad que a él le fue arrebatada en el marco de la obra “La vida es sueño”, de Pedro Calderón de la Barca.

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