¿Dialogar o ganar tiempo para disolver el Congreso?

La flamante presidenta del Consejo de Ministros Betssy Chávez ha invitado a las trece bancadas del Congreso a un diálogo democrático para tender puentes de cara al voto de investidura de su gabinete; sin embargo, lo que debiera ser lo propio en un Estado de Derecho, el que los líderes políticos y sus autoridades pese a sus diferencias se reúnan para encontrar comunes denominadores a favor del país y ser tolerantes entre adversarios sin abdicar a sus fueros, lamentablemente con este Gobierno tales convocatorias han llegado a ser “un saludo a la bandera”, simples formalidades que se cumplen sin voluntad real de echar a andar los compromisos asumidos en los cónclaves, con el consiguiente desgaste de la “palabra empeñada”, quedando todo en el olvido o de sufrir arremetida con ácidas críticas y desaires, caso el secretario general del Acuerdo Nacional el psicoanalista Max Hernández y el cardenal Pedro Barreto, por parte del saliente premier Aníbal Torres, con frases que no citaré en esta columna por ser indignas.

¿Cómo creer ahora en un diálogo? ¿Cómo creer que mejorarán las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo y demás poderes públicos y organismos autónomos? Es difícil ciertamente, máxime si el presidente Castillo y determinados ministros, la emprendan contra las instituciones que le son críticas y fiscalizadoras, muestren trato despectivo hacia la clase política y apelan al discurso divisionista de clases sociales, a riesgo de fomentar odios entre niños y adolescentes en razón del lugar de su residencia.

“No se pone la carreta delante de los bueyes”, dicho popular que alude a no poner las cosas en forma errónea, y me refiero a la pretendida acción del Ejecutivo de interpretar por sí y para sí una primera “denegatoria de confianza”, al haber sido considerada improcedente la cuestión planteada por el otrora premier Torres, solicitando la derogatoria de una Ley que luego fue declarada constitucional por el Tribunal Constitucional, el mismo que declaró fundado un hábeas corpus desestimando lo actuado por traición a la patria contra el mandatario Pedro Castillo en el Congreso. Ninguna autoridad ni ciudadano puede convenientemente en unos casos acatar lo resuelto por el TC y en otras, ofrecer resistencia, eso raya con el delito.

La propia premier Chávez al jurar al cargo, ha dicho que lo hace para “restablecer nuevamente el equilibrio de poderes”, ¿es que acaso algún poder u organismo constitucional ha acaparado todos los poderes o los ejerce plenipotenciariamente? Ha dicho también para canal 7 que consideran haberse denegado confianza a un Gabinete y que no puede obligar al Congreso a otorgársela a ella; declaraciones a la defensiva de quien ahora pide “diálogo” con las bancadas parlamentarias. Bien podría interpretarse esto último, como estrategia para ganar tiempo e ir a la disolución del Legislativo, conocidas las conclusiones de la OEA o si avanza la vacancia o suspensión del presidente Castillo. ¿Diálogo? “Cuando la limosna es mucha hasta el santo desconfía” (refrán).

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