Dime de qué presumes…
“Dime de qué presumes y te diré de lo que careces”, es un viejo refrán que parece tener cada día mayor vigencia en nuestro medio. Ese dicho popular representa la realidad de que quien más alarde hace de alguna virtud es quien más carece de ella. Y no solo eso, quien alardea suele hacerlo a sabiendas de su carencia y con el afán deliberado de disimularla para seguir engañando a los demás y continuar obteniendo ventajas de su falta de virtud.
Lo peor es que quien presume de más virtud que los demás suele también usar la estratagema de proyectar en otros sus defectos, acusándolos falsamente de tenerlos, aprovechando incluso de errores o deficiencias mínimos en que estos puedan incurrir.
No otra es la razón que puede explicar el alegado compromiso de “lucha anticorrupción” con que nos atiborra el gobierno de M. Vizcarra y que blande como lanza en ristre, en cuanta ocasión se presenta.
Se ha usado para justificar la omisión en cumplir con los deberes que a todo gobernante corresponde, como es solucionar los problemas que afectan la integridad y bienestar de los gobernados, máxime en un país como el nuestro de gran riqueza natural pero también de importantes desafíos provenientes de la naturaleza. Por ello se gastan millones en propaganda mediática a favor de la imagen anticorrupción del gobernante, pero se deja en el olvido a pueblos enteros que sufrieron destrucción en un desastre natural que ya va a cumplir dos años de ocurrido; y siguen creciendo la desnutrición y anemia infantil y la inseguridad ciudadana que afecta la vida, la salud y la propiedad, sobre todo de los más jóvenes.
En los últimos meses ha sido reiterada y directa la descalificación hecha por el propio M. Vizcarra y sus operadores, hacia el hoy ex fiscal de la Nación G. Chávarry, basados en su incomprensible negación de una intrascendente reunión con periodistas o de su, también hasta hoy intrascendente, trato social con el ex magistrado supremo C. Hinostroza, con quien compartía la dirección de la Academia de la Magistratura.
“Debe dar un paso al costado”, “no es idóneo”, “tiene serios cuestionamientos”, son las frases más ligeras espetadas contra el mencionado fiscal supremo.
Hoy que, además de las decenas de investigaciones que acumula M. Vizcarra, conocemos que mintió en declaración oficial al negar relación contractual con Odebrecht, poca duda queda de que el refrán que recordamos es aplicable, como también lo es el aforismo que señala que “a misma razón, mismo derecho”… o consecuencia.