Dina Boluarte: la mona vestida de seda

¿Dónde quedaron los pobres del Perú profundo que no pueden disfrutar de los “privilegios” de la clase media? ¿De qué suelo recogemos la dignidad de nuestros hermanos del ande profundo, que ven con tristeza y envidia que de las manos de su presidente izquierdista, cuelga el dinero que no les alcanzaría la vida para lograr ganar? ¿Cómo les explicas a tus hermanos de la “lucha de clases” que te encantan los lujos y frivolidades, pero te pones tus polleras cuando vas a visitarlos? Algo tenemos muy claro: cada vez que todo socialista, izquierdista y sus derivados decide lucir una pulsera de puro oro, inmediatamente piensan en el Perú profundo y cómo las transnacionales se llevan su oro en toneladas para convertirlos en pulseras, como las que ellos están usando. Y de esta forma ejercitan su “motivación” por la lucha del pueblo. ¡Já!

¿Qué hacemos con nuestros amigos socialistas? En cada oportunidad que tienen, no dejan de sorprendernos con su hipocresía, arribismo, huachafería y discurso empobrecedor que siempre repiten. Son los fariseos más grandes que ha parido el nuevo milenio. En el 2021, Dina Boluarte estaba convencida de su “justicia social”, basado en un discurso de clases, la victimización a los pobres, el odio que difundió sobre los mineros en el país que, según ella, se llevaban todo para sus países y nada para el Perú. Dina, el Rolex que según tú lo adquiriste con el “sudor de tu frente”, fue hecho con nuestro oro, extraído e industrializado por empresas extranjeras. ¿Cómo te atreves a comprarle a un “explotador capitalista” de nuestros recursos naturales? Ah, pero tus ganas de sentir un Rolex de más de 14 mil dólares pudieron más que tu discurso e ideas socialistas, ¿no? A los fariseos de izquierda, representados por la inservible mujer que tenemos en palacio, les encanta disfrutar de las bondades del capitalismo mucho más que a los mismos capitalistas.

“La clase media acomodada, seguramente, dejará de serlo”, vociferaba Boluarte, después de la primera vuelta presidencial, en el 2021, muy segura ella de llegar al poder y decidida a que el inservible Estado que tenemos ponga las “reglas claras” a la inversión privada. La perfecta fórmula que destruiría lo poco que hemos avanzado como país. “Cambiaremos el modelo económico porque no hay justicia, los pobres siguen siendo más pobres (…) Las empresas se llevan toda la ganancia a sus países de origen y no dejan nada”, decía Boluarte en el 2021.

Estamos seguros que, al pagar por esos Rolex con el “dinero de su esfuerzo”, Dina Boluarte cerró muy fuerte los ojos, porque estaba luchando entre sus ganas de disfrutar de las bondades del libre mercado y su discurso izquierdista de “justicia social”. Pero, sus ganas de frivolidad capitalista pudieron más. En ese momento de su vida, Boluarte se encontraba en una gran duda existencial, que se resolvió cuando estiró la tarjeta para entregar los miles de dólares que bien habrían servido a alguna comunidad de su Perú profundo, para los hermanos que “menos tienen”. Pero ella los entregó a la maldita empresa capitalista y extranjera que, según ella, se lleva todas las ganancias de nuestro oro, para ponerlo en un frívolo Rolex que ella luce muy orgullosa en su mano izquierda. ¡Qué tal ironía!

Se han dado cuenta que todos los socialistas se llenan la boca mencionando que todo lo que tienen es por su trabajo y esfuerzo. Según ellos, nadie les ha regalado nada. Pero, luego nos enteramos que los departamentos y los Rolex los compraron con herencia de sus padres o son regalitos de terceros. Dejen de ser huachafos. Acepten que les encanta la vida cara y díganlo a sus pobres del Perú profundo. Sin capitalismo, ustedes no son nada.

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