Dina Boluarte: no más socialistas pobres en un país rico
Después de 20 años de populismo barato sobre el sueldo presidencial, quedaron atrás aquellos años en los que Alan García Pérez decidió reducir el sueldo presidencial de S/ 42,000 a S/ 15,600. Era más que claro que el entonces presidente estaba decidido a cambiar la imagen desastrosa que dejó sobre su espalda el gobierno que hizo en los 80. Hoy, Dina Ercilia Boluarte Zegarra, una socialista que llegó al poder de la mano de Pedro Castillo Terrones —otro rojo, pero menos hábil que ella— se hartó de ganar S/ 15,600 y decidió acabar con esa herencia populista que enseñó a todos los resentidos sociales, profesionales y políticos que el presidente debe ponerse en la “piel del pobre” y satisfacer sus inseguridades, viviendo como vive el pueblo. Nada más falso, hipócrita y socialista inservible que esa forma de pensar, que ha hecho que los peruanos del Perú profundo y los otros zorros de abajo vivan odiando la figura de un político y todo lo que significa serlo.
El cargo de presidente de la República es la posición más importante en la Nación. Es la posición de un hombre o mujer que toma las decisiones y dirige el país hacia aquello que los peruanos anhelan: desarrollo. ¿Y el crecimiento? Esto es solo un indicador. Por ejemplo, el PBI se desplomó, pues pasó de estar en 2.70 % en el 2022 a 2.10 % en el 2023. Pero, en el 2024, según este gobierno del “Rolex” y del señor Julio Velarde, el “gurú” de la economía peruana, la economía “creció” a 3.30 %. ¿De cuánto hablamos? 1.20 % más. Así de mediocres y conformistas.
¿Ven las consecuencias de no hacer frente a la delincuencia, a los malditos usureros del Estado y a los mediocres enquistados en las instituciones? Como consecuencia, estamos tratando —después del teatro que fue el COVID-19— de construir nuestro país. Martín Vizcarra empobreció al Perú en 10 %. Estamos intentando salir de ese pozo y nos tomará un mínimo de 10 años para volver a los niveles de pobreza en los que estábamos en el año 2019, que era de 20 %. El desarrollo de un país es que tus compatriotas vean en su patria todo para vivir, hacer dinero y ser felices. Eso es lo que hace un verdadero líder.
Después de leer estas cifras y números, ¿te das cuenta de lo importante que es tener, a la cabeza de la Nación, a una persona preparada, hábil, educada, presentable y estratégica? Un líder lo es no por ser “moral”, sino por ser eficaz. Entonces, si tenemos un verdadero líder, un hombre o mujer que merece ser llamado presidente, merece también ser bien remunerado por su labor con el país, independientemente de si a ustedes les parece o no, si les pica el ojo o les hinca el hígado. Ser presidente es un trabajo: el mejor trabajo que pueda llegar a tener un peruano que ama a su patria. Todo trabajo debe ser remunerado y este debe ser muy bien remunerado. Una socialista —Dina Ercilia— no merece nada.
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