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Dina desatada

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Fecha Publicación: 08/02/2025 - 22:40
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Son 3 años y medio que la presidenta Dina Boluarte ejerce el poder político desde el Ejecutivo, antes del fallido golpe de Estado de Pedro Castillo, allá por diciembre del 2021, siendo vicepresidenta y ministra en funciones, sin embargo, en mi opinión, el tiempo transcurrido en la administración no parece dejarle huella, lejos de mostrarse más mesurada en sus intervenciones públicas, mas comedida, poniéndose en razón de su investidura, por encima de las crisis políticas, sin embargo de un tiempo a esta parte, está desatada, provocadora, apelando a frases coloquiales que no son propias de quien dirige las riendas del Perú (aquello del consumo de hepabionta de sus detractores es de pésimo gusto). No queda claro si la actual postura desafiante de la mandataria obedece a que no puede sobrellevar el estrés de todas las investigaciones fiscales abiertas en su contra, estado anímico que puede llevarle a tomar decisiones contrarias al interés general del país o, por arranque de soberbia de quien cree que la inmunidad del cargo le acompañará más allá de su mandato en julio del 2026. Si bien gozará de la prerrogativa del antejuicio político hasta 5 años después de dejar la presidencia, debiendo pasar cualquier acusación constitucional que le interpongan, por el filtro del Congreso de la República, es un albur aún, el conocer cuáles serán las nuevas mayorías, las bancadas con más integrantes en este poder, que pudieran revestirle de “teflón”, vencidos los cuales, sí deberá bajar inexorablemente al llano.
No obstante, haría bien la presidenta Boluarte de echarse a mirar a su alrededor y ver la suerte que corren otros políticos y autoridades, que inclusive han sufrido carcelería y todo parece indicar, recibirán sentencias condenatorias, de que ese mismo calvario le esperaría pasar. Tampoco parece ser prudente el atacar a quien ha sido su mano derecha en el Ejecutivo, su expremier Alberto Otárola, quien inclusive ha ejercido su defensa técnica en temas anteriores de haber llegado al poder. Si hay algo que nos demuestra la política, es lo peligroso que puede llegar a ser un desafecto, alguien que ejerciendo cargo de confianza, de pronto es separado, destituido por quien lo nombró y ser tenido por paria, además de sentirse reglado tanto él como su familia, tal “desafecto” es el equivalente a una fiera herida, por tanto, pésimo asesor el que le aconseja presidenta Boluarte, pechar a Otárola, quien pudiera manejar información clasificada de usted, su otrora patrocinada y jefa, que de soltarla, quizás conseguiría ponerla sobre las cuerdas antes de julio del 2026.
Con todo respeto, serénese Presidenta, esas arremetidas contra operadores de justicia y detractores, la dejan descolocada y generan rechazo en la ciudadanía, más del que ya presenta. ¿Por qué mejor no renueva a profundidad el gabinete ministerial? Los últimos 3 cambios han sido insuficientes para trabajar en la solución de los graves problemas que nos aquejan; la verdad, el último parche en el Ejecutivo ha sido una oportunidad perdida para sintonizar con el país. Menos discursos desaforados y más gestión.

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