Dina necesita ubicaína (II)

Esta segunda parte del artículo que inicié el martes último, tiene ahora mucha más complejidad que la que existía cuando lo redacté al inicio de la semana pasada.

Hasta ese momento, la señora Boluarte tenía en su haber: frustrar la diligencia fiscal prevista para que muestre los relojes Rolex, haber pedido se postergue la fecha prevista para su presentación personal y pretender que se reprograme para después de dos semanas. También se había producido el 29 de marzo el allanamiento de su domicilio personal y laboral (en Palacio de Gobierno) por orden judicial, que además dispuso la incautación de los relojes, los cuales no fueron encontrados, aunque ha trascendido que se encontró la boleta de uno y la de una pulsera –bangle de oro– comprados en mayo y julio de 2023 a la joyería Banchero por el gobernador regional de Ayacucho, W. Oscorima.

Hoy se tiene que el día viernes 5 de abril la Sra. Boluarte se presentó ante la Fiscalía de la Nación que la investiga y no es mucho lo que se conoce de las más de cinco horas que habría durado su deposición ante dicha autoridad. Igualmente, que el día anterior, 4 de abril, se presentó el Sr. Oscorima pero optó por guardar silencio ante las interrogantes que le hizo el Fiscal de la Nación.

Mayores elementos, aunque de confusión, contradicción y opacidad resultan del mensaje y conferencia de prensa que la Sra. Boluarte ofreció luego de terminada su presentación ante la Fiscalía. Posterior a ello, el conocido y reconocido abogado del Sr. Oscorima, ha tenido que ensayar mediáticamente algunas precisiones, tanto respecto de lo que tenía declarado su patrocinado, como de lo que él mismo había declarado un día antes de Boluarte y lo que ella declaró públicamente.

Según todas esas intervenciones públicas, la Sra. Boluarte usaba tres relojes Rolex, que le habría prestado el Sr. Oscorima, comprados para regalárselos pero que ella sólo los aceptó como préstamo pues si era en propiedad tendría que declararlos como funcionaria. Curioso, Boluarte luce sin medida alguna (en labores oficiales, en Perú y el exterior) prendas de lujo que no quiso declarar y, más aún, se justifica en un supuesto afán de “representar mejor al país”, demostrando que más cree en “el tener” que en “el ser”; mucho más curioso aún cuando afirma que ya tenía un Rolex comprado en Davos, Suiza, en mayo de 2022, cuando como vicepresidenta de la República asistió al Foro Económico Mundial y se quejó que “la derecha” no dejaba gobernar a Castillo.
¡Continuaré!

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