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Dina y Biden tomados de la mano

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Fecha Publicación: 09/11/2023 - 22:20
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A pesar de que el acontecimiento fue tomado con disgusto por la población peruana, y desencadenó en la renuncia de la ministra de relaciones exteriores, quien había asegurado una reunión bilateral con el presidente de EEUU en la última cumbre del APEP, el “pull aside” de Dina Boluarte con Joe Biden, deja algunos mensajes interesantes para analizar desde la comunicación política.

Yendo de menos a más, podría mencionarse la respuesta de la diplomacia norteamericana luego de que en Perú se generara disgusto con el formato de la reunión. En entrevista con un medio local, el subsecretario de Estado norteamericano para el hemisferio occidental dijo que ambos presidentes hablaron varios minutos a solas, y que abordaron temas como migración, crimen organizado, crecimiento económico, entre otros, y que sí hubo intercambio de prioridades. Explicó también que este tipo de reuniones no necesariamente ingresan al itinerario del presidente.

Estas declaraciones, a pesar de que confirman el que no hubo una reunión bilateral, buscan poner paños fríos al problema suscitado en Perú, y muestran un interés de la diplomacia norteamericana por dar una especie de “apoyo” a la diplomacia peruana.

Otro factor que analizar, y tal vez el más determinante, son las fotos de ambos presidentes tomados de la mano mientras caminan. Si bien para muchos esto no significó más que un intento de la mandataria peruana para justificar su viaje a EEUU, esta interpretación se enmarca en una lectura ombliguista de la política internacional, cuando está llena de signos y símbolos que mandan mensajes a aliados y contrincantes.

En este sentido, es probable que el mensaje que transmiten esas fotos no sea para Perú, sino para el resto del mundo, en un momento transcendental para los ejes de poder, quienes se encuentran en la mayor tensión desde el fin de la guerra fría.
No suele ser común ver a mandatarios andando de la mano, y no recuerdo a ninguno de los últimos presidentes norteamericanos haber tenido un gesto similar con sus homólogos. Que Biden haya tomado de la mano a Boluarte para las fotos, de alguna forma, parece decir: EEUU cuida del Perú, y Perú está con EEUU.

Perú es un país clave en la geopolítica internacional, lo ha sido siempre, y el avance de la presencia China en la región, y particularmente en Perú, con inversiones como la del megapuerto de Chancay y la compra de empresas de energía, debe generar preocupación en EEUU.

La región se encuentra prácticamente dominada por gobiernos considerados de “izquierda”, o más bien alineados al bloque oriental (China, Rusia, Irán); Perú es la excepción, junto con Ecuador. Esto se refleja en la posición de los países frente a circunstancias que enfrentan a los dos grandes bloques mundiales, que se han perfilado con claridad desde el ataque terrorista de Hamás a civiles israelitas.

Bolivia ha roto relaciones con Israel. Colombia y Chile han llamado a sus embajadores a consulta, lo que implica un deterioro en las relaciones con el gobierno israelí. Si bien Perú ha condenado ciertas acciones militares de Israel y se ha plegado al llamado a una tregua, su postura es moderada frente a las declaraciones de otros Estados; incluso, como mandataria, Boluarte no ha tomado partido respecto a ese tema.

El mundo se enfrenta a guerras que apuntan a ser largas y dolorosas. El frente en Ucrania ya va a llegar a los dos años y el problema en Medio Oriente parece recién haber empezado. Las guerras requieren recursos, y Latinoamérica es una fuente importante de ellos. Las jugadas en el ajedrez mundial apuntan a Latinoamérica.
A pesar de que sus detractores no lo acepten y lo vean con malos ojos, los gestos políticos de EEUU con el gobierno de Boluarte posiblemente le brinden el respaldo multilateral que necesita para no perder presencia internacional, a pesar de tener a la mayoría de los gobiernos de la región en contra.

En este sentido, aunque implicó un costo político, que fue la renuncia de la ministra Gervasi, este fue mínimo, en el contexto de la alianza asimétrica entre el ejecutivo sin bancada y el legislativo. La reunión de Boluarte con Biden termina siendo importante para su gobierno, pues refuerza sus alianzas internacionales y la consolida a uno de los lados del tablero: el que no la ataca; algo que ya se venía trabajando desde las relaciones internacionales peruanas, basta ver a qué tipo de encuentros multilaterales pide permiso para asistir la presidente, y a cuáles no.

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