Diplomacia y libertad
En el reciente - exitoso- encuentro que tuvo el Canciller Javier González-Olaechea con el Secretario de Estado estadounidense Antony Blinken, se destacó los valores comunes de libertad, que son asimismo la base de intereses complementarios para desarrollar las importantes relaciones entre el Perú y los Estados Unidos de América.
En efecto, el Perú ha puesto en evidencia en las últimas semanas el compromiso de la Diplomacia peruana por la liberación de personas en riesgo. Recordemos la loable acción del embajador Manuel Cacho Sousa de reunir y evacuar a los peruanos atrapados en la guerra en Israel, por lo que fue condecorado por nuestro gobierno; como también la del embajador José Betancourt, de conseguir liberar de la zona fuertemente bombardeada de Gaza a una familia cuya hija había nacido en Lima. A ello, se suma la libertad alcanzada, gracias a gestiones de nuestra Diplomacia, de un militar de origen peruano, que estuvo recluido en una prisión venezolana. Esto, por iniciativa de Luis Gonzales Posada. Recordemos que el político y canciller de Alan García a fines de la década de los ochenta, obtuvo también la salida del país de los dos últimos cubanos que sufrían acoso político y a quienes se les otorgó protección en la Embajada del Perú en La Habana.
La libertad, así como la preservación de la integridad física,son fundamentales en los temas vinculados a los Derechos Humanos. El Perú tiene una tradición diplomática con resultados positivos que incluye la protección de más de diez mil cubanos en la Embajada del Perú en La Habana, en 1980, y la salida de Cuba de más de ciento veinte mil. No olvidemos tampoco el auxilio a personas perseguidas por el régimen nazi, en tiempos de excepcional violencia durante la Segunda Guerra Mundial.
Sin libertad no se puede consolidar una Democracia, y esta última se preserva con educación y con información sobre aspectos positivos en la lucha por los valores esenciales a la libertad. Es necesario, por lo tanto, una pedagogía que prestigie a peruanos y, en ese contexto, tomar iniciativas a nivel nacional e internacional para recordar que el Perú es un país que ha realizado grandes acciones a favor de los Derechos Humanos. Esto es, sin duda, más trascendente que promocionarse a través del pisco o el ceviche, en razón de que son las personas las que merecen la mayor atención en una sociedad en el Perú y en la mayoría de países del mundo. El ejercicio del Derecho Internacional es por ello en favor de libertades fundamentales, las mismas que fomentan unir a los peruanos en una suerte de diplomacia hacia el interior de nuestra nación .
Hace poco, escuché a un político peruano - visionario - afirmar que “la libertad surca los afluentes históricos; aun en la naciente era disruptiva es la vocación del Hombre que tropieza siempre en su andar pero que sigue procurando vivir sin cadenas”. Interesante pensamiento, que bien resume la situación de incertidumbre por la que atraviesa el escenario internacional, en que se actúa en diversos escenarios en una diplomacia para la libertad.
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