Diríjase al país, presidente Merino
No son tiempos para aprendizajes, presidente Merino. Su gobierno necesita afianzarse o Perú soportará un cataclismo. Lo escribimos hace días para evitar que el país caiga en manos de termocéfalos, y la deriva chavista vaya a apropiarse del Perú. Como está intentándolo -con aparente éxito- en Chile, ya lo hizo en Bolivia y probablemente tenga gloria al hacerlo pronto en Colombia con un presidente tan insignificante como Duque. Repasemos. Han pasado seis días desde que Merino asumiera la presidencia; cuatro desde que designara premier a Ántero Flores-Aráoz; y tres con un gabinete ministerial en funciones. Y si bien recién el viernes acabó la labor de zapa del sistema estatal de radiotelevisión –canal 7, Radio Nacional y sus otros convertidos en voceros sediciosos- ni Merino ni el premier se han dirigido a la Nación para explicarle el norte que seguirá este sin duda gobierno de transición. De breve transición. Este silencio permite que la chauchilla progre-marxista no sólo arrincone al gobierno, sino que tome violentamente las calles, capture las redes sociales y dirija a la gran prensa coordinando con órganos transnacionales como OEA. ONU, etc. Aparte de manipular a la gente aprovechando el enorme descontento que ha dejado el infame régimen Vizcarra, soliviantándola contra el poder Legislativo al cual enrostran todos los males heredados. Cada hora que pase, presidente Merino, disminuyen las posibilidades de que el Congreso otorgue el voto de confianza al gabinete Flores-Aráoz. Además el silencio presidencial ante la ciudadanía contribuye al desconcierto, pues no le fija un norte claro, firme al país y tampoco llama a la tranquilidad para desoír las malidicencias de esa morralla chavista. ¡Esto le pasará factura al gobierno! Y obviamente, al país. Porque los anarquistas que promueven la violencia seguirán amedrantando al pueblo e intimidando a la Policía, demandándole les dejen seguir destruyendo la propiedad privada y pública a nombre de la “libertad de protesta”, en pleno Estado de Emergencia. Esta chusma aprovechará el silencio oficial para avinagrar al país con su verbo incendiario. Insistimos, amable lector. Mañana quizá sea tarde para que el presidente transitorio Merino se dirija a la ciudadanía.
La improvisación es pésima consejera. Fundamentalmente en momentos de una crisis tan compleja como la que ha dejado plasmada Vizcarra. Dicho sea de paso el acusado por corrupción, el embustero, el lenguaraz, el traicionero, el caradura ex presidente Vizcarra pretende que este gobierno asuma la responsabilidad del desastre nacional que ha provocado su probada ineptitud. A propósito, desde el viernes pasado Vizcarra ya tiene orden de impedimento de salida del país por 180 días. Quiere decir que no solamente el fiscal sino, además, ahora el juez están plenamente convencidos de las evidencias contra este descarado de apellido Vizcarra. Por el bien del país, presidente Merino, rodéese de asesores expertos; no de gente improvisada por más partidarios que sean. Entienda de una vez por todas que presidir la República no es lo mismo que presidir el Congreso. Bien asesorado diríjase ahora mismo al Perú, explicando qué le ofrece cumplir durante su acotada gestión como mandatario.
