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Dirty John y Betty

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Fecha Publicación: 24/09/2025 - 22:10
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Esta es una película que se difunde en Netflix, y se la recomiendo por el contenido psicológico. La primera temporada se refiere a John y la segunda, a Betty, donde podrán observar cómo se va moldeando la personalidad psicópata y cómo la infidelidad del esposo enferma del sistema nervioso a la esposa, hasta convertirse en una homicida, al no poder manejar sus emociones, siendo sentenciada a cadena perpetua.
El primer caso es el de John, un niño que creció sin afecto ni reglas, sin capacidad emocional, sin estudios, y con el mal ejemplo del padre, quien lo incitaba a cometer infracciones antisociales, como robar, mentir, estafar y hacerse pasar por otra persona. Incluso era felicitado por el padre. John tenía una serie de antecedentes por violencia familiar, estafa, hurto y fraude, hasta que conoce a una mujer divorciada cuatro veces, de buena posición económica. Se casa con ella y empieza a manipularla con el dinero. No es aceptado por las hijas ni por el núcleo familiar. Cuando es descubierto por todo su comportamiento delictivo, intenta matar a la familia de su esposa, comenzando por su hija, a quien sigue hasta la casa de una amiga. La intercepta, esgrime un cuchillo y la ataca. Ella se defiende en legítima defensa, lo apuñala y le saca un ojo. John es trasladado a una clínica donde fallece. La hija fue exculpada de responsabilidad por haber actuado en defensa propia, ya que no provocó la agresión y empleó un medio racional para impedirla.
Se establece así el perfil psicológico de una personalidad disocial: incapacidad de mantener lazos afectivos duraderos, ausencia de arrepentimiento, comportamiento impulsivo, mentiroso, manipulador, insensible al dolor ajeno, interesado, promiscuo y carente de objetivos positivos.
El segundo caso es el de Betty, una mujer que desde adolescente estuvo enamorada de su esposo, quien estudió medicina, se graduó como médico y luego dejó la carrera para estudiar derecho. Buscaba hacer dinero demandando a clínicas y médicos por negligencia. Tuvieron cuatro hijos: dos mujeres y dos varones. Betty fue siempre una buena esposa y madre, apoyándolo en todo. Ella lo motivó a independizarse, y él formó su propio estudio jurídico. En el estudio contrataron a una recepcionista llamada Linda, por quien él empezó a interesarse. La promovió como asistente legal. Betty le reclamó: “¿Cómo vas a confiarle casos delicados si no sabe nada?”. Su esposo ignoró sus advertencias. Betty conoció a Linda y confirmó sus sospechas. Él se separó, se fue a vivir a un hotel, luego pidió el divorcio, se quedó con los hijos y se casó con Linda, mucho más joven.
Para entonces, Betty sufría problemas emocionales severos. Estuvo internada en varias ocasiones por depresiones profundas. No aceptaba que su esposo la dejara pese a haber sido una buena mujer. Compró un arma, sustrajo las llaves de la casa del bolso de su hija, y una madrugada ingresó a la vivienda de su exesposo, donde mató a él y a su nueva esposa. Los hijos quedaron sin padre ni madre. Betty fue encarcelada, emocionalmente destruida.
La mente es como un cristal: hay que cuidarla, enfrentar los problemas y buscar ser feliz.

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